Mujeres que inspiran

8M: los desafíos de la mujer en el ecosistema laboral colombiano

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer como una ocasión de reivindicar derechos en diversas áreas, el laboral es uno de los que más preocupa. Conozca el panorama de las mujeres a finales del siglo XX y comienzos del XXI.
Domingo, Marzo 31, 2024

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Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer como una manifestación inequívoca de empoderamiento, de reconocer los derechos, memoria histórica y retos en diversas materias donde el género femenino ha estado históricamente excluido. 

El mercado laboral es uno de ellos, la Organización Internacional del Trabajo aseguró en el año 2022 que las mujeres representan una mayoría en cuanto al empleo informal en Colombia se refiere, dentro de ciudades y fuera de ellas. 

Aunque la discusión es profunda y amerita una mirada histórica sobre la cuestión, la informalidad laboral ha permitido que muchas mujeres, con alto y bajo nivel educativo, no puedan acceder a condiciones dignas de trabajo. 

A finales del siglo XX se llevaron a cabo varios cambios normativos, demográficos y económicos en el país que permitieron que la brecha de género pueda disminuir. Sin embargo, el camino todavía cuenta con varios caminos que recorrer.

Perspectiva internacional sobre la mujer en el mercado laboral

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), la agencia tripartita que reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores de 187 Estados, aseguró que la igualdad entre hombres y mujeres se ha convertido en una prioridad para los países que la integran. 

Desde 1991, la agencia recomendó la adopción de medidas que refuercen políticas internas dentro de las compañías y prácticas que permitan la igualdad de género. 

La igualdad de la remuneración; la discriminación en el empleo y la ocupación; trabajadores con responsabilidades familiares y protección de la maternidad son los cuatro convenios que ha logrado establecer la OIT hasta la fecha y que, asegura la entidad tripartita, ha logrado transformar el ecosistema laboral. 

“Promover el empleo y las empresas, garantizar los derechos en el trabajo, extender la protección social y fomentar el diálogo social son los cuatro pilares del Programa de Trabajo Decente de la OIT, con la igualdad de género como tema transversal. Estos son factores indispensables para hacer avanzar toda la Agenda de Desarrollo Sostenible”, aseguró Guy Ryder director General de la OIT.

Aunque dichas políticas han permeado la normativa colombiana, la brecha de género en Latinoamérica presenta varios retos con respecto a otras latitudes. Colombia, como país integrante de la OIT, aún presenta un reto en esta materia.

De acuerdo con la Tasa de empleo 2023 publicada por Statista, Europa del Norte, Sur y Occidental cuenta con la menor brecha de género entre mujeres (29,6%) y hombres (59,5%), con una diferencia del 9% entre géneros; seguido de Asia Oriental 11% y América del Norte 10,1%. 

América Latina y el Caribe cuenta con una diferencia del 23,3%, donde el hombre lidera las posiciones de trabajo (69,8%) y las mujeres representan un porcentaje inferior (46,5%). 
Colombia, dentro de este panorama, no es ajeno a las dinámicas de inserción laboral, al acceso de mujeres dentro del ecosistema educativo y a dinámicas culturales que han permitido que ellas puedan acceder a una mejor calidad de vida.

La inserción de la mujer en el mercado laboral colombiano

De acuerdo al estudio Unraveling the Factors Behind Women’s Empowerment in the Labor Market in Colombia la tasa de participación de la mujer como  fuerza laboral ha cambiado a lo largo de las últimas siete décadas. 

De acuerdo con sus hallazgos, en 1960 las mujeres tan solo ocupaban el 20% de la fuerza laboral, un porcentaje que empezó a crecer de forma creciente, pasando de en menos de una década al 30%, al 40% en 1990, al 50% en el año 2000 y a una máxima del 60% en 2014.
Jorge Toro, editor del Blog del Banco de la República, aseguró que la  investigación liderada por Ana María Iregui-Bohórquez, Ligia Alba Melo-Becerra et al., demuestra que la transición demográfica tuvo un rol importante en la inserción laboral de las mujeres. 

“Esta transición se atribuye principalmente a la disminución de la tasa de fecundidad asociada con la reducción de la mortalidad infantil, el acceso a métodos anticonceptivos, cambios en las normas sociales y un mayor acceso a la educación para las mujeres” aseguró Jorge Toro, editor del Blog del Banco de la República. 

De acuerdo al estudio, a partir de la década del 70’ se puede evidenciar una correlación entre las mujeres que eran madres y lograron acceder insertarse en el mercado laboral. Un panorama que cambió con respecto a años anteriores, puesto que a partir de la fecha el PIB del país subió y ello permitió mayor oferta para las mujeres.  

A saber, la década del 60 estuvo marcada por la expansión de la economía campesina y por una lógica de mercado que no favoreció a la mujer en cuanto a remuneración salarial se refiere. Consolidando un PIB que empezó la década con 5,1% y que logró finalizar ese mismo periodo en 6,2%. 

La década del 70 tuvo como eje fundamental la OIT y las nuevas normas que protegieran a las mujeres en un ecosistema laboral. A pesar de la creciente subida  que tuvo el PIB en el país, en esta década tuvo varios intervalos de crecimiento: 6,2% (1970), 2,3% (1975), 8,5% (1978) y 4,2% (1980). 

En la década del 80 las mujeres fueron las más afectadas por la recesión y la crisis económica que sufrió el país, con un PIB que empezó en 4,2% pero que osciló entre 1,1% (1982) y 3,6% (1989). La época del narcotráfico, el auge de grupos alzados en armas y la inseguridad para varias empresas afectó al género femenino sobre el masculino. 

La década del 90 fue productiva en materia de legislación y políticas públicas, destinadas a promover la igualdad de género, así como la participación y la representación en la esfera pública.  

En temas económicos, la bonanza cafetera a finales de 1986 y 1987 permitió, entre una política nacional anti-inflacionaria, que la mujer pudiese volver a espacios formales de trabajo. 
A partir de 1990, la participación femenina aumentó dado el auge de los precios de las materias primas y el acceso a educación de alta calidad. 

De acuerdo al informe Participación de las Mujeres colombianas en el Mercado Laboral elaborado por el DANE,  la ocupación de la mujer en el nivel educativo aumenta a medida que alcanzan niveles educativos más altos. 

Dando como resultado en el periodo analizado, 2009 al 2019, que la brecha en el nivel de posgrado hay una diferencia de 0.9 puntos, en el nivel profesional de 3 puntos, en la formación tecnológica de 6.3, en la media de 6.1, en la secundaria de 6.9, en la primaria de 5.1, en la categoría de ninguna un 5,3 y en total 5.5.

Quibdó, Valledupar, Riohacha y Armenia fueron las ciudades y/o áreas metropolitanas que se encontraron más alejadas de la media de empleo formal. El informe también aseguró que Chocó (11,9), Sucre (10,8), Cesar (10,6) y Cauca (10,5) fueron los departamentos con mayor brecha de género en el país.

Ahora bien, de acuerdo al último informe técnico sobre Mercado laboral según sexo, publicado el 12 de febrero del 2024 por el Dane, la tasa global de participación se ubicó en el último trimestre del año pasado en 24,0 puntos porcentuales, la tasa de ocupación en 24,2 y la tasa de desocupación en 3,8. 

De esas cifras, elaboradas gracias a la Gran Encuesta Integrada de Hogares como metodología de recolección de información, podemos agregar que centros poblados y rural disperso (8,5 puntos porcentuales) presentaron una tasa de desocupación más alta según dominio demográfico, seguido de 10 ciudades evaluadas (4,1) y otras cabeceras (4,1). 

Frente a rama de actividad, el estudio asegura que el comercio y reparación de vehículos es la industria donde se cuenta con mayor número de mujeres (1.894 mil mujeres); seguido de administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana (1715 mil mujeres); y actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otras actividades de servicio (1.372 mil mujeres).

Frente a la posición ocupacional, los empleados destacan las mujeres como empleadas particulares (4.341 mil mujeres) y como trabajadoras por cuenta propia ( 3.685 mil mujeres).

Desocupación, informalidad y retos en 2024

Ahora bien, de acuerdo al Análisis de la participación de las mujeres en el mercado de trabajo formal en Colombia a partir de evaluaciones de competencias laborales elaborado por Mayda Alejandra Calderon Díaz la caracterización de “trabajo” se presenta como una constante al momento de medir la inserción de la mujer en el mercado laboral, ya que varias actividades dentro de una unidad doméstica no son consideradas como trabajo. 

Una realidad que afecta a muchas mujeres, ya que según la OIT el empleo informal cuenta con características que afectan la calidad de vida de la persona como de su familia, ya que posibilita la falta de pagos, los turnos extraordinarios, despidos sin compensación o previo aviso, condiciones de trabajo inseguras y ausencia de beneficios pensionales. 

No obstante de ello, hay un reto inexorable dados los primeros reportes de la OIT en el año 2022: las mujeres que llevaron a cabo empleo informal urbano ocuparon un 74% de la medición y en Colombia la mayoría de trabajadores informales pertenecen al sexo femenino con un 62%. 

La cifra más reciente de desocupación dada por el Dane asegura que entre el año 2015 y diciembre del año 2023, la desocupación de mujeres en el país empezó en 12,1% y terminó en 12,8%, teniendo como pico el año 2020 donde el porcentaje llevó a 21,0%; siendo el más alto en los ocho años de medición. 

Colombia es el país latinoaméricano con mayor número de mujeres en Juntas Directivas

A pensar de todos los retos y de los ires y venires que han tenido las mujeres en el mercado laboral, el más reciente informe de Board Members Preview 2023-2024 asegura que después de analizar 900 juntas directivas en América Latina, las mujeres superan a los hombres tan solo en un 3% de la muestra analizada. 

Colombia, a saber, se posiciona como el país latinoamericano que cuenta con mayor número de mujeres en juntas directivas, promoviendo espacios para la representación, la toma de decisión y políticas internas basadas en género para fomentar las premisas de la OIT en la década del 70. 

Aunque el panorama es positivo en este escenario, en el ecosistema emprendedor el reto es aún mayor, puesto que el Colombia Colombia Tech Report 2022-2023 definió que de las startups fundadas en el país, un 81% corresponde a hombres y tan solo un 19% a mujeres. 
Sí bien este porcentaje aumentó 15 puntos porcentuales con respecto a la medición del año anterior, el país continúa con el reto de reducir la brecha de género en el área laboral, en la toma de decisiones de las juntas directivas y en el ecosistema emprendedor. 

Aún así, Colombia está articulada a la misionalidad y a los cambios que se están generando desde organismos internacionales como la OIT y el punto número 8 del ODS. Se espera, que este año, las mujeres puedan tener un balance entre la vida familiar y laboral, eliminar la violencia de género de varios espacios de trabajo  y proponer la igualdad de género en diferentes estamentos de la sociedad.

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