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Banco de hábitat Aguadulce logra hito ecológico clave

El Banco de Hábitat Aguadulce alcanzó su primer hito ecológico verificado cerca de Bogotá, con respaldo técnico, blockchain y especies protegidas.
Viernes, Junio 13, 2025

En Colombia, donde más del 60% del bosque seco tropical ha desaparecido, un proyecto pionero demuestra que es posible revertir la crisis ecológica con ciencia, tecnología y comunidad. El Banco de Hábitat Aguadulce – Río Sumapaz, desarrollado por Terrasos en Nilo, Cundinamarca, alcanzó su primer hito ecológico verificado, avalado por KPMG y registrado en Regen Network, una plataforma blockchain que garantiza la trazabilidad y transparencia de las Unidades de Biodiversidad (Tebu®).

Conservación basada en evidencia y compromiso empresarial

El proyecto protege 124 hectáreas (93,59 en preservación y 21,4 en restauración activa), incluyendo quebradas como La Honda y San José, y contribuye a la captura de carbono y la protección de especies clave. A solo horas de Bogotá, Aguadulce se posiciona como un modelo replicable de infraestructura natural con impacto social y ambiental.

"Contar con un banco de hábitat tan cerca de Bogotá valida que sí es posible construir soluciones naturales de alto impacto en zonas transformadas", expresó Mariana Sarmiento, CEO de Terrasos. El modelo articula ciencia y regulación, involucrando comunidades como la de Julio Cuetochambo, campesino y guardabosques que lideró la reforestación del área. “Antes esto era potrero. Hoy ni una vaca cabe”, relató, mientras muestra árboles que ya superan los 10 metros de altura.

Especies protegidas y trazabilidad ecológica

En Aguadulce se han registrado 119 especies de flora, cinco de ellas endémicas, y una casi amenazada (Allophylus goudotii). También alberga 92 especies de aves, como el Perico frentirrojo, y 16 especies de mamíferos, entre ellos el Ocelote, el Yaguarundí y el Oso Hormiguero. Además, se protege a especies emblemáticas como la Guacharaca colombiana y el Venado, consideradas “sombrilla” por su rol ecológico.

El uso de blockchain permite certificar los créditos de biodiversidad generados, asegurando trazabilidad y transparencia en los procesos, desde el registro hasta la comercialización de las unidades. El proyecto también promueve el turismo regenerativo, con senderos de avistamiento de aves y actividades como yoga en la naturaleza.

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Empresas que invierten en vida, no solo compensan daños

Uno de los aliados principales es la constructora Amarilo, que adoptó una Política de Biodiversidad que busca integrar el desarrollo urbano con la conservación. La empresa adquirió 2.000 Tebu® en Aguadulce, y según Carolina Pacheco, directora de Derecho Ambiental y Sostenibilidad de Amarilo, esto “supera las obligaciones legales y contribuye activamente a proteger ecosistemas estratégicos”.

"Aquí las empresas no compensan daños, invierten en vida", señaló Eduardo del Valle, abogado ambientalista del proyecto. “La protección del mar empieza aquí arriba”, agregó, en referencia a las aguas que fluyen desde el Sumapaz hasta el río Magdalena.

Un modelo para escalar y exportar

El banco hace parte del sistema Tebu®, creado por Terrasos para emitir unidades de biodiversidad de 10 m² con conservación garantizada por 30 años. Cada proyecto se estructura con estándares técnicos, jurídicos y financieros, bajo principios de permanencia, transparencia, rigor y adicionalidad.

Según el POMCA, la cuenca media y baja del río Sumapaz abastece a más de 360.000 personas y sostiene actividades clave como agricultura, ganadería y turismo. En este contexto, Aguadulce representa un avance tangible en la consolidación de soluciones basadas en la naturaleza con impacto real y medible.