Innovación

Bots acaparan boletas de conciertos y ponen en jaque al sistema

El uso de bots e inteligencia artificial para comprar entradas masivamente está generando desigualdad y frustración entre los verdaderos fanáticos.
Domingo, Abril 6, 2025

El avance tecnológico que ha facilitado la vida de millones de personas ahora representa una amenaza para la equidad digital. Los bots automatizados están tomando el control de la compra de entradas para conciertos, eventos deportivos e incluso citas en servicios públicos. 

En cuestión de segundos, estos programas acaparan miles de oportunidades que deberían estar al alcance de cualquier persona. ¿El resultado? Una falsa escasez, revendedores oportunistas y una creciente frustración entre quienes solo desean disfrutar de un show o acceder a un trámite.

La batalla entre fanáticos y algoritmos

Hoy, el mayor enemigo de los fanáticos ya no es la fila interminable o el colapso de la web: son los bots. Estos agentes, alimentados por inteligencia artificial, compran entradas al instante apenas se habilita la preventa. Lo mismo ocurre con las citas para pasaportes, trámites notariales o exámenes de conducción. “La innovación sin regulación erosiona la confianza en el sistema”, afirma el más reciente comunicado del 4 de abril emitido en Bogotá.

Más allá de la incomodidad, esta situación afecta el derecho al acceso justo a bienes y servicios. Los bots replican identidades, falsean correos y actúan con una eficiencia que ningún humano podría igualar. “El acceso a servicios será cada vez más difícil para quienes no cuenten con los recursos financieros o tecnológicos”, advierte el documento.

World ID, una solución que ya existe

Frente a este panorama, la tecnología también ofrece una salida: World ID. Se trata de una herramienta basada en el principio de "prueba de humanidad", que permite verificar si quien accede a una compra o servicio es una persona real y única, sin necesidad de entregar datos sensibles ni identificaciones oficiales.

Gracias a esta validación biométrica descentralizada, las plataformas pueden bloquear el acceso masivo de bots y asegurar que cada entrada o cita vaya a manos de alguien real. A diferencia de los correos electrónicos o cuentas creadas en masa, World ID solo permite una verificación por ser humano. Así, se evita que un mismo individuo acumule decenas de entradas o reservas.

Más allá de los conciertos: una oportunidad para el Estado

La implementación de soluciones como World ID no solo beneficia al consumidor. También puede fortalecer la confianza en instituciones públicas y privadas. Para los gobiernos, esto implica recuperar credibilidad, reducir el fraude y ofrecer un sistema más transparente. Para los ciudadanos, significa menos frustraciones, más acceso, y menor riesgo de que sus datos personales sean explotados.

Entre los beneficios destacados por la Fundación World, organización sin fines de lucro que administra esta red de validación, se encuentran:

  • Acceso justo a servicios públicos, eliminando intermediarios.

  • Menor reventa de boletas, conservando su precio original.

  • Mayor privacidad, sin necesidad de entregar datos personales.

  • Resistencia ante nuevas IAs, a diferencia de CAPTCHAs o documentos falsificables.

Una red global con origen en Silicon Valley

World ID es parte de una red más amplia impulsada inicialmente por Sam Altman (CEO de OpenAI), Alex Blania y Max Novendstern. Su objetivo es convertirse en la infraestructura pública de identidad más inclusiva del planeta, respaldada por una comunidad de desarrolladores y tecnólogos. La World App, su aplicación oficial, fue desarrollada por la compañía Tools For Humanity (TFH), con sede en San Francisco.

Este sistema está llamado a ser parte de la solución global frente a una crisis digital que ya afecta sectores sensibles. De hecho, ya se estudia su integración en portales de gobierno y servicios de alta demanda como la venta de entradas, con la esperanza de frenar a los bots de una vez por todas.

Tecnología sí, pero con justicia

El problema no es la inteligencia artificial, sino cómo se utiliza. En la batalla entre humanos y bots por el acceso a servicios, la tecnología debe jugar del lado de la equidad. “Con World ID, los ciudadanos recuperan el control, las empresas ganan usuarios reales y los mercados vuelven a equilibrarse”, concluye el informe.

Porque en el mundo digital, el mayor avance no es la velocidad, sino la equidad.

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