Natalia Rios, Country Manager de Ualá en Colombia

¿Cuál es el reto más importante al que se enfrenta como mujer  ocupando un cargo directivo en una empresa colombiana?

Aunque hemos avanzado mucho, sin duda, los sesgos de rol de género y la baja participación de la mujer en sectores tradicionalmente masculinos, como el financiero y tecnológico, son dos de los principales retos.  Tengo la suerte de pertenecer a una organización como Ualá en donde el 42% de los cargos de liderazgo, son ocupados por mujeres y el 38% de puestos en nuestra línea directiva también. Y para ir más lejos, veo también con alegría cómo hoy somos varias las mujeres que estamos liderando empresas del sector.

¿Cuáles  son las principales habilidades o cualidades que una mujer líder debe cultivar para destacarse en el ámbito empresarial en Colombia?

No creo que las cualidades o habilidades para destacarse deban ser diferentes según el género. Hoy, somos parte de una generación con mujeres altamente calificadas, educadas, con títulos en materias que antes sólo los hombres obtenían. Culturalmente, estamos más cómodos con la ambición de aquellas mujeres que desean expandir sus conocimientos o avanzar en sus carreras. Y sobre este punto, resulta muy interesante ver cómo un mayor nivel educativo da cuenta de aproximadamente el 50% del crecimiento económico de los países de la OCDE en los últimos 50 años.  Más de la mitad de este crecimiento se debe a que las niñas tuvieron acceso a niveles superiores de educación. Así que creo que el reto está en seguir abriendo caminos para que cada vez haya más paridad. Pero no es un desafío que debamos asumir solo las mujeres sino todos como sociedad.

¿Qué medidas podrían implementarse en una empresa para promover una mayor representación de mujeres en posiciones de liderazgo en Colombia.

Ir más allá del porcentaje de empleados que se identifican como mujer, hombre u otros para acompañar y garantizar carreras corporativas en ascenso diversas. Según un reporte de McKinsey, el 48% de los analistas que se emplean se identifican como mujeres, pero solo el 28% de ellas llega a ser parte del C-suite. Desde las empresas debemos esforzarnos por buscar procesos justos, pero comprehensivos en las promociones; tener discusiones para lograr ambientes de trabajo donde las mujeres quieran estar; evaluar políticas tanto de licencia materna como paterna: mientras más cerca estén percibidos ambos beneficios, menos fricción habrá al contratar mujeres en edad. 

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