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Protección de datos en TikTok: ¿Quién controla tu información en la era digital?

El caso TikTok reabre el debate sobre datos personales, geopolítica digital y el rol de las empresas frente a la vigilancia y jurisdicción global.
Miércoles, Mayo 28, 2025

El reciente veto aprobado por el Congreso de Estados Unidos que podría obligar a TikTok a vender su operación o salir del país en 2025, vuelve a encender las alarmas sobre uno de los debates más complejos del entorno digital: la protección de datos personales. ¿Qué pasa cuando una aplicación extranjera gestiona información de millones de usuarios en jurisdicciones distintas a su origen?

Este caso, además de tener implicaciones geopolíticas evidentes, plantea desafíos regulatorios para los sistemas jurídicos de todo el mundo, especialmente en materia de privacidad, consentimiento informado y vigilancia transfronteriza.

TikTok y la batalla por los datos: más allá del entretenimiento

Aunque TikTok es percibida principalmente como una red de entretenimiento, su operación depende del análisis masivo de datos: hábitos de navegación, geolocalización, intereses, dispositivos y hasta datos biométricos como el reconocimiento facial. La posibilidad de que esta información sea procesada en servidores alojados en China, o en cualquier otro país con estándares diferentes de protección de datos, ha generado preocupaciones de seguridad nacional para EE. UU., lo que explica la radicalidad de las medidas adoptadas.

"El tratamiento de datos personales en plataformas como TikTok no solo representa un reto para la privacidad individual, sino para la soberanía digital de los Estados", explican los abogados Sarita Enríquez y Juan Nicolás Lozano, del equipo de Protección de Datos y Competencia de Posse Herrera Ruiz.

Consentimiento, transparencia y geopolítica digital

El caso evidencia cómo las políticas de privacidad, muchas veces aceptadas sin leer, se convierten en el punto de tensión entre usuarios, gobiernos y plataformas. Según Enríquez, “las reglas del juego deben estar claras desde el principio. El consentimiento debe ser libre, informado y específico”. De lo contrario, los vacíos pueden ser aprovechados para prácticas poco éticas o incluso ilegales.

En paralelo, la discusión sobre la soberanía de los datos —es decir, la posibilidad de que cada país determine dónde se almacenan y cómo se usan los datos de sus ciudadanos— se convierte en un terreno de disputa internacional. China, la Unión Europea y Estados Unidos adoptan modelos distintos. Colombia y América Latina, por su parte, avanzan en el fortalecimiento de sus autoridades de protección de datos y en la armonización con estándares como el RGPD europeo.

¿Y las empresas? De actores a garantes de derechos

Posse Herrera Ruiz destaca que las compañías, sin importar su tamaño o país de origen, tienen la obligación de respetar los principios de finalidad, necesidad, seguridad y transparencia en el tratamiento de datos personales. Y que, en caso de incumplimiento, pueden enfrentar sanciones administrativas, pérdida de reputación e incluso bloqueos regulatorios.

"Las empresas deben entender que los datos personales no son solo un insumo comercial, sino una categoría protegida por el derecho. Su mal uso puede derivar en consecuencias legales y sociales serias", enfatiza Lozano.

En Colombia, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) ya ha emitido directrices claras sobre la operación de plataformas digitales y ha sancionado a compañías por no cumplir con la normatividad vigente.

Un debate global que apenas comienza

Lo ocurrido con TikTok es apenas la punta del iceberg. La próxima década estará marcada por batallas legales sobre qué se puede hacer con los datos, quién los controla, dónde deben estar alojados y qué obligaciones tienen las plataformas frente a los usuarios y los Estados.

La protección de datos en TikTok se ha convertido en el símbolo de una era donde la economía, la política y la tecnología están intrínsecamente ligadas. La respuesta ya no puede ser solo técnica: debe ser jurídica, ética y geopolítica.