Sin regla fiscal: el reto impostergable de ajustar el gasto y repensar los ingresos

La reciente suspensión de la regla fiscal en Colombia marca un momento sin precedentes que desnuda la fragilidad de las finanzas públicas y obliga al país a tomar decisiones inmediatas y difíciles. La señal que recibe el mercado es clara: el marco que garantizaba disciplina y sostenibilidad fiscal ha sido levantado en un escenario donde el déficit crece, la deuda presiona y los recursos no alcanzan para financiar el presupuesto de la Nación.

Estamos ante un punto de inflexión en el que el debate sobre una nueva reforma tributaria ya no es opcional, sino una necesidad inaplazable. Pero sería un error pensar que la solución está solo en recaudar más. El verdadero reto es iniciar de manera inmediata un ajuste integral que implique recortes responsables y eficientes del gasto público.

La falta de regla fiscal convierte el control del gasto en la última barrera para evitar un deterioro mayor de la confianza inversionista y el acceso a los mercados internacionales. Sin reglas claras y sin ajustes de fondo, el riesgo es entrar en un espiral de endeudamiento costoso e insostenible.

El Gobierno tiene en sus manos la obligación de liderar una revisión profunda de las prioridades presupuestales y de transparentar el uso de los recursos públicos. Esto implica eliminar programas ineficientes, replantear subsidios que no cumplen objetivos sociales y priorizar el gasto en áreas que efectivamente contribuyan al crecimiento económico y al bienestar colectivo.

Colombia enfrenta un momento de definiciones. La disciplina fiscal y la responsabilidad en el manejo del gasto no pueden seguir postergándose sin consecuencias para la estabilidad del país. Recuperar el equilibrio será una tarea titánica, que exigirá no solo ajustes técnicos, sino un consenso político y social sobre el rumbo económico que queremos construir.