Aguardiente Amarillo llega a Antioquia tras luz verde legal

Antioquia, el mayor mercado de aguardiente de Colombia, abrió oficialmente sus puertas al Aguardiente Amarillo de Manzanares y al tradicional Cristal de la Industria Licorera de Caldas (ILC), tras un fallo de la Corte Constitucional que habilita su comercialización durante los próximos diez años.

La decisión marca un hito en la historia de la ILC, que ya había logrado ingresar a los departamentos de Nariño y Caquetá. Ahora, con Antioquia como nuevo destino, la compañía caldense entra en competencia directa en un territorio que concentra entre 28 y 30 millones de unidades vendidas al año.

Un giro tras el fallo sobre la Ley de Licores

La entrada de la ILC a Antioquia se da más de tres meses después de que la Corte Constitucional declarara inconstitucional el artículo 28 de la Ley 1816 de 2016, que limitaba la libre circulación de licores entre departamentos.

“Es la noticia más importante para nuestra empresa en los últimos años y trascendental para su futuro y sostenibilidad”, afirmó Diego Angelillis Quiceno, gerente general de la Industria Licorera de Caldas. “Poder competir en igualdad de condiciones en este departamento es una maravillosa noticia”.

Impacto económico y presencia consolidada

En 2024, la ILC vendió 7 millones de unidades de Ron Viejo de Caldas en Antioquia, generando más de $122 mil millones en impuestos para salud y educación. Con este nuevo permiso, se espera que el portafolio de aguardientes también aporte a las transferencias sociales del departamento.

Angelillis Quiceno extendió una invitación a los antioqueños: “Que se dejen seducir por el sabor y calidad de nuestro Aguardiente Amarillo de Manzanares y la tradición del Aguardiente Cristal”.

Proyecciones de crecimiento y distribución

El año pasado, el Aguardiente Amarillo alcanzó ventas cercanas a los 13 millones de botellas a nivel nacional. Con la apertura del mercado antioqueño, la ILC espera un incremento significativo en la demanda, impulsado por su capacidad instalada y su red de distribución en expansión.

“Aunque aún no tenemos un estimado del crecimiento, contamos con la capacidad de producción y el compromiso del equipo para responder a este reto”, explicó el gerente de la ILC.

El ingreso a Antioquia también reconfigura el panorama competitivo del mercado nacional de licores, al abrir nuevas oportunidades de posicionamiento y ampliar las opciones de los consumidores.