Innovación
Desenmascarando la vulnerabilidad del sector logístico: Lecciones esenciales de las crisis en EE. UU. y Colombia
La reciente huelga de estibadores en EE. UU. y paros camioneros en Colombia exponen la vulnerabilidad del sector logístico en ambos países.
Miércoles, Octubre 23, 2024
El sector logístico, a menudo pasado por alto, es el corazón que mantiene en movimiento la economía global. Sin embargo, su delicadeza se ha puesto de manifiesto recientemente con la huelga de estibadores en la costa este de Estados Unidos y los paros camioneros o bloqueos viales en Colombia. Ambas situaciones han evidenciado lo crítico que es este sector para el desarrollo normal de nuestras actividades diarias y cómo su interrupción puede afectar gravemente a miles de industrias.
Elvira Gómez Verjel, experta en logística empresarial con más de una década dedicada al desarrollo de modelos de optimización de base científica para cadenas de suministro en sectores altamente frágiles, como la construcción o el metalmecánico, menciona “la importancia de la logística en nuestra vida diaria a menudo se da por sentada. Sin embargo, es fundamental reconocer que cada producto que consumimos pasa por una compleja cadena de abastecimiento que, cuando se interrumpe, puede tener consecuencias devastadoras. La logística no es solo el movimiento de bienes; es el motor que permite que las industrias funcionen correctamente. Un paro en la cadena logística puede paralizar toda una economía".
Y es que, por un lado, la huelga de estibadores en la costa este de EE. UU., que, a pesar de haber durado solo tres días, ha llevado a retrasos significativos en la entrega de mercancías, afectando a empresas de todos los tamaños. Según un informe de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores (NABE), se estima que las pérdidas económicas ascenderían a más de 2 mil millones de dólares en las próximas semanas debido a este breve cese de operaciones.
Por otro lado, en Colombia, el paro camionero que tuvo lugar en diversas ciudades recientemente y las sendas movilizaciones que bloquean las carreteras, también revelan la vulnerabilidad del sistema logístico. Específicamente el paro, que afectó principalmente el transporte de alimentos y bienes esenciales, causó un incremento del 30% en los precios de algunos productos, según la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO). Las restricciones en el movimiento de mercancías impactaron a pequeñas y grandes empresas por igual, poniendo en riesgo miles de empleos y provocando desabastecimiento en supermercados y tiendas.
Entonces, para mitigar estos riesgos, es esencial implementar modelos de optimización en la cadena de suministro. Según Gómez Verjel, "la clave está en la planificación estratégica y en la integración de tecnología que permita a las empresas anticiparse a los problemas. Un sistema logístico resiliente puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en tiempos de crisis". En ese sentido, para abordar estas vulnerabilidades, la experta recomienda que las empresas invertir en:
1. Diversificación de proveedores y de tipos de transporte: Minimizar la dependencia de un solo proveedor. Ojalá, un modelo de abastecimiento de al menos 3 puntos, en donde existan planes de contingencia para mitigar un posible quiebre de inventario es vital para asegurar el funcionamiento normal de las operaciones en cualquier empresa. Esto lo vemos en el sector retail en donde otros proveedores potenciales esperan en la “banca” hasta que sea su turno de entrar al juego si la primera opción falla, claramente, esto no debe hacerse sin homologar los mínimos de calidad y la posible afectación en la estructura de costos. Otro elemento clave es estudiar una combinación de transporte marítimo, ferroviario e incluso aéreo, esto permitirá tener una estructura de precios balanceada desde el inicio que permita evitar sorpresas en caso de un incremento en el costo de la operación, así mismo, permitirá contar con contratos preestablecidos que puedan asegurar los cupos necesarios en periodos de crisis.
2. Tecnología en la gestión de inventarios: Utilizar software que permita una mayor visibilidad en tiempo real de la cadena de suministro. En Latinoamérica en especial, esta no es una práctica común. Los inventarios aún siguen teniendo componentes manuales que perjudican la ejecución de escenarios predictivos basados en modelos estadísticos comprobados.
3. Capacitación continua: Invertir en la formación del personal para adaptarse rápidamente a los cambios en el mercado y hacerlo parte de la cultura de formación del personal de compras, comercial y de operaciones, al menos, una vez por trimestre.
“La situación actual debe servir como un llamado de atención para todos los actores involucrados en la logística. Solo a través de la colaboración y la inversión en soluciones sostenibles podremos asegurar un futuro donde la cadena de abastecimiento esté preparada para enfrentar cualquier desafío”, finaliza Gómez Verjel.