
Carta al CEO
Desinformación y polarización: El impacto de la mentira organizada
La desinformación, uno de los mayores riesgos globales, amenaza con polarizar a Colombia, afectar elecciones y debilitar instituciones clave.
Sábado, Enero 25, 2025
La desinformación se ha convertido en uno de los principales riesgos globales para 2025, según el Foro Económico Mundial. Este fenómeno, clasificado como el cuarto riesgo más relevante en el informe, amenaza con socavar la estabilidad social, debilitar la confianza en las instituciones y polarizar sociedades enteras.
Para países como Colombia, que ya enfrenta una fragmentación social significativa, la desinformación actúa como un catalizador de divisiones que podrían tener consecuencias devastadoras.
El reporte del Foro Económico Mundial no exagera cuando identifica la desinformación como una de las mayores amenazas. Este riesgo no solo está asociado con las noticias falsas, sino también con narrativas manipuladas y campañas organizadas que buscan distorsionar la percepción pública de la realidad.
En Colombia, un país que se prepara para elecciones presidenciales en 2026, la desinformación podría jugar un papel determinante en el resultado electoral, exacerbando las tensiones entre ciudadanos y profundizando las cámaras de eco que perpetúan ideologías sin permitir el debate constructivo.
Un escenario de polarización anticipado
Colombia ya ha experimentado los efectos de la desinformación en procesos democráticos recientes. Las campañas políticas se han convertido en verdaderas batallas de narrativas, donde el foco no siempre está en los programas de gobierno, sino en desacreditar al oponente mediante información falsa o manipulada.
Las redes sociales, que podrían ser una herramienta para fomentar la participación ciudadana, terminan siendo utilizadas como armas de polarización, ampliando brechas ideológicas.
Recientemente, Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, anunció la eliminación de su programa de verificación de datos por terceros en Estados Unidos, sustituyéndolo por un sistema de "Notas de la Comunidad" similar al implementado en X (anteriormente Twitter).
Este cambio busca promover la libertad de expresión, pero ha generado preocupación entre expertos, quienes advierten que delegar la identificación de desinformación a los usuarios podría ser menos efectivo que contar con verificadores profesionales. Además, existe el riesgo de que las "Notas de la Comunidad" sean manipuladas por grupos con intereses específicos, propagando aún más la desinformación.
En el contexto colombiano, este modelo podría tener implicaciones profundas, especialmente en períodos electorales. La eficacia de estas herramientas dependerá de la participación activa y equilibrada de los usuarios, así como de la capacidad de las plataformas para gestionar adecuadamente estas contribuciones.
Impactos más allá de lo electoral
El problema no se limita al ámbito político. La desinformación también afecta temas clave como la salud pública, la economía y el medio ambiente. Durante la pandemia, Colombia vivió un claro ejemplo de cómo la propagación de información falsa sobre vacunas y tratamientos agravó la crisis sanitaria.
Ahora, en un contexto de transición energética y adaptación climática, los discursos desinformados podrían obstaculizar la implementación de políticas cruciales para el desarrollo sostenible.
El rol de las instituciones y los ciudadanos
Para contrarrestar este riesgo, es fundamental que las instituciones refuercen sus capacidades de comunicación y transparencia. En un país como Colombia, donde la confianza institucional es frágil, la lucha contra la desinformación pasa también por el fortalecimiento de los medios de comunicación independientes y por la promoción de la alfabetización digital entre los ciudadanos.
La responsabilidad no recae solo en las instituciones. Las empresas tecnológicas también deben asumir un papel más activo en la regulación de contenido, adoptando medidas que reduzcan la propagación de información falsa.
Asimismo, los ciudadanos tienen el desafío de convertirse en consumidores críticos, capaces de verificar fuentes y evitar ser eco de contenido manipulado.
Un futuro que exige acción
El riesgo de la desinformación es tan urgente como tangible. En un país como Colombia, con una historia reciente marcada por tensiones políticas y sociales, el impacto de este fenómeno puede ser profundo si no se abordan sus raíces.
La construcción de una sociedad informada y resiliente es, sin duda, una de las tareas más urgentes para los próximos años.