Día del Libro: leer bien también es un acto de liderazgo

Cada 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, una fecha instaurada por la UNESCO en 1995 para rendir homenaje a la lectura, los autores y el pensamiento crítico. 

Más allá del simbolismo, la fecha representa una oportunidad para recordar que en un mundo sobrecargado de información, leer bien es un acto de distinción, criterio y liderazgo.

El libro como motor de visión estratégica

En el contexto empresarial, el libro sigue siendo una herramienta insustituible para formar líderes capaces de anticiparse, cuestionar, entender contextos complejos y tomar decisiones con perspectiva. Biografías, ensayos, historia económica y filosofía del management son algunos de los géneros más citados por CEOs y directores de compañías globales.

“Los grandes líderes no solo leen para saber más. Leen para pensar mejor”, ha señalado Bill Gates, uno de los empresarios más influyentes y promotores de la lectura como hábito transformador.

En Colombia: leer para cerrar brechas

Según la Encuesta Nacional de Lectura (DANE), en Colombia el promedio de libros leídos al año por persona es de 2,7, con una brecha significativa entre zonas urbanas y rurales. A pesar de los esfuerzos del sector editorial y las ferias regionales, aún persiste un reto de acceso, hábito y valoración del libro como herramienta de movilidad social.

En días como hoy, vale la pena preguntarse cómo pueden las empresas aportar a este cambio: desde clubes de lectura corporativos hasta políticas de formación continua basadas en lectura crítica.

Del libro impreso a la inteligencia artificial

Mientras los dispositivos digitales, los audiolibros y la IA transforman la manera como consumimos contenido, el libro —en su forma tradicional o expandida— sigue siendo una estructura fundamental para organizar ideas, generar pensamiento profundo y construir narrativas sólidas. En una era de scroll infinito, el libro ofrece pausa, contexto y profundidad.

El Día del Libro no es solo una celebración cultural. Es una oportunidad para que empresas, líderes y ciudadanos recuerden que el conocimiento relevante no se improvisa: se cultiva, se lee, se subraya y se transforma.