Carta al CEO

Mi Casa Ya: del sueño de hogar al calvario burocrático

La crisis de Mi Casa Ya afecta a más de 44 mil familias en Colombia, que hoy ven frustrado su sueño de tener vivienda propia por falta de cupos y claridad.
Martes, Mayo 6, 2025

Tener casa propia en Colombia siempre ha sido una aspiración que carga consigo esfuerzo, paciencia y esperanza. Pero hoy, ese anhelo se ha convertido en un laberinto sin salida para decenas de miles de familias que confiaron en el programa Mi Casa Ya como el puente hacia su hogar. En lugar de alivio, el programa ofrece hoy confusión, puertas cerradas y promesas que se deshacen en la práctica.

La conversación digital no deja lugar a dudas. Entre enero y abril de este año, se dispararon los términos como “gran estafa”, “falta de pago” y “sin respuestas”. Más de 74.000 búsquedas mensuales revelan la desesperación de los ciudadanos por entender cómo acceder, si aún es posible postularse o si su subsidio sigue vigente. Y la mayoría se topa con la misma conclusión: los recursos no alcanzan y el sistema no responde.

Lo más grave es que este calvario no es solo emocional. Según datos oficiales, solo hay recursos disponibles para 20.500 subsidios en 2025, de los cuales la mitad ya estaban preasignados. Esto deja a más de 44.000 hogares en lista de espera sin solución y a otros 40.500 sin el subsidio a la tasa de interés, lo que incrementará sus cuotas hasta en un 30%. Todo esto, mientras la construcción proyecta una pérdida de 200.000 empleos este año.

La situación se agravó tras la Circular 012 de diciembre de 2024, que suspendió la cobertura a la tasa y cerró la plataforma de postulaciones. Hoy, el programa no solo está congelado, sino que su contabilidad ha sido cuestionada por expertos del sector como Camacol, que denuncian que el Gobierno está mezclando cifras de subsidios de las Cajas de Compensación para inflar el avance frente a las metas del Plan Nacional de Desarrollo.

“Es otro engaño, otra expectativa sin futuro para los colombianos”, dijo recientemente la concejal Sandra Forero, reflejando la frustración de miles de familias que ven cómo este gobierno —que prometió vivienda digna— no logra sostener ni financiar su propia bandera social.

Mientras tanto, el país pierde más que subsidios. Pierde confianza, dinamismo económico, y la posibilidad de seguir reduciendo el déficit habitacional. Las regiones no saben cómo responder, los constructores congelan proyectos y las familias aplazan decisiones clave en sus vidas.

Desde Revista C-Level hacemos un llamado urgente al Gobierno Nacional: la vivienda no es solo un derecho, es un motor económico, un ancla de estabilidad para millones de colombianos y una promesa que no se puede traicionar. El país necesita claridad, continuidad y compromiso. Lo demás, es burocracia que cuesta sueños.

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