Ficción con esteroides de realidad y viceversa

Ultimamente, pareciera que lo real ya no llama tanto la atención, y la ficción debe competir con muchos otros contenidos para sobresalir.
Mario Suárez

Mario Suárez

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¿Qué es real en el mundo del entretenimiento? ¿Es real el reality? ¿Es real que los niños van y cantan y escogen al mejor? ¿Es real la tusa de Shakira? ¿Fue real lo del tarro de mermelada? ¿Fue real la bofetada de Will Smith a Chris Rock? ¿Fue real la separación que se vió en vivo hace unos días en un reality colombiano?

Ultimamente, pareciera que lo real ya no llama tanto la atención, y la ficción debe competir con muchos otros contenidos para sobresalir. Por eso, involucrar el componente realidad a la ficción, genera el morbo necesario para que todos estemos atentos. Es como si el reality por sí mismo ya no generara la suficiente atención, es necesaria esta mezcla donde no sabemos si es real o no, porque la sola duda ya nos genera más interés.

Aquí varios casos para tener elementos de juicio:

Uno, Amber Heard VS Johnny Depp

Una de las típicas súper (ex) parejas de Hollywood. Los dos hermosos, los dos exitosos, con uno que otro escándalo en el pasado, noticias de abusos de sustancias, increíbles papeles en súper películas y el lente de los paparazzis y toda la industria cinematográfica encima. 
Se casaron y su matrimonio duró muy poco. 

Lo interesante, no fueron las razones si no lo que hubo alrededor. Durante casi 2 meses, fue televisado el juicio de su separación al que le agregaron esteroides de entretenimiento al denunciar el uno al otro por maltrato y difamación. 

Hasta aquí todo normal, una pareja de famosos que se separa. Pero lo que no se vió venir fue el cubrimiento y el despliegue mediático que tuvo el juicio en el que día a día aparecían más y más razones para amar y/o odiar al uno o al otro, además de los detalles íntimos de la relación, lo cual aumentaba el rating. Adicionalmente, el juicio contó con invitados especiales, otros actores también famosos y compañeros de películas de los enjuiciados a los que llamaban a testificar y parecía más una intervención de un talk show con gritos, chistes y saludos a la cámara y al público.

Más allá del resultado del juicio, quién ganó, quién perdió y quién tuvo que pagar cuánto a quien, todos ganaron. Ganaron los medios que todos los días tuvieron más y más rating, ganaron los abogados que saltaron a la fama, ganó el aparato judicial de un país que vió en vivo y en directo su accionar y su legitimidad una vez más, y especialmente ganaron los dos protagonistas, pues el exposure en todo tipo de medios les representó un boost a sus imágenes y la posibilidad de seguir en el radar toda la industria incluso para futuros papeles.

Dos, Will Smith y Jada Pinkett

Estos sí con un matrimonio larguísimo, de esos que ya no genera noticia. Todo cambió cuando en plena ceremonia de una entrega de premios ante un chiste de muy mal gusto por parte del presentador, Will Smith se levantó de su silla, fue y lo golpeó de una bofetada ante las cámaras de todo el mundo del espectáculo. 

Este fue el detonante para una cantidad de noticias alrededor de su matrimonio, las cuales de no haber sido por el bochornoso suceso, no se hubieran sabido. Por ejemplo, que ya no ofician ni comparten como esposos hace más de 6 años, que han habido múltiples casos de infidelidad y de abandono del uno y del otro y así sucesivamente hasta lograr llamar la atención. 

Como las buenas películas tienen segunda parte, en este caso los protagonistas no se separaron y recientemente anunciaron que seguirán juntos porque el amor es más fuerte hasta nuevo aviso. Con lo cual, el mundo del entretenimiento seguirá pendiente y obviamente sus protagonistas seguirán ganando dinero.

Tres. La casa de los famosos Colombia

El reality ha sabido mezclar todo lo que ocurre en la “casa / estudio” con la vida real, agregando participantes fuera de ella y dosis de realidad para generar más  morbo y atención, además de unos aparentes problemas en la producción y otros problemas de convivencia entre las presentadoras. 

Todo este coctel de pociones mágicas de llamar la atención, han generado todo tipo de reacciones en redes sociales, al punto que hay muchos que sin necesidad de ver el programa en televisión, siguen muy de cerca cada suceso el reality a través de terceros que amplifican su contenido en redes sociales.

Con todo esto, me cuesta mucho creer que no hay acuerdos en la mayoría de las situaciones que vemos hoy en día entre los protagonistas del entretenimiento, donde incluyen libretistas, creativos, agentes de medios, periodistas y todo un equipo necesario para que de una situación incluso lamentable se genere más y más atención, por lo tanto, más dinero.

Qué tal entonces si estamos ante una nueva modalidad de entretenimiento donde lo que realmente captura la atención es la posibilidad de que todo eso que estamos viendo que sabemos que es ficción, tenga la posibilidad de ser real?

Muchas dudas

¿Hay alguien que piense que la bofetada de Will Smith fue real?  Podríamos conspirar pensando que lo de Shakira y Piqué tuvo un libretista involucrado y un agente comercial buscando patrocinadores? Sorprende que de solo despecho, hasta la liga de fútbol de Piqué y los Twingos salieran beneficiados.

¿Será que lo único nuevo es que ahora la vida privada y los eventos y sucesos personales  de los famosos también los venden?

¿Y al final del dia, esto querría decir que vivir del entretenimiento hoy implica renunciar a tener una vida “real”?