La poderosa revolución de la planeación emocional
Cada día, más líderes están incluyendo la planeación emocional de sí mismos y de sus equipos dentro de sus planeaciones estratégicas.
Martes, Enero 30, 2024
Más allá de los números y de las cifras esperadas; del balance o la proyección del año y los informes financieros dentro de las planeaciones estratégicas; emerge ahora una revolución silenciosa y quizás un poco relegada, pero eso sí, poderosa por sí misma: la planeación emocional.
Muchos pensarán que este concepto de planeación emocional viene de las creencias del New Age, o de la creciente moda de hablar de bienestar, mindfulness, y salud mental en las compañías, como si fuese un tema de obligación, más no de convencimiento real (en algunos casos). Pero, obligación o no, convencimiento real o no, sí hay algo crucial que no hay que desconocer: cada día más y más líderes dentro de las organizaciones están incluyendo la planeación emocional de sí mismos y de sus equipos, dentro de sus planeaciones estratégicas, como parte fundamental del éxito de la compañía.
A diferencia de la planificación estratégica convencional, centrada en datos y objetivos tangibles, la planeación emocional da voz a las dimensiones humanas en el tablero y la agenda corporativa y estratégica. Es la apuesta por incorporar la inteligencia emocional en la toma de decisiones estratégicas, simplemente al darle protagonismo a un foco no tan explorado: el bienestar emocional de los equipos y la comprensión de las motivaciones, expectativas e incluso, aspiraciones de los individuos, al momento de llevar a cabo una estrategia corporativa con acciones tangibles, ejecutables y medibles. En resumen: es plasmar en emociones y sentimientos, los KPI’s que se van a medir.
Se trata de una perspectiva que va más allá de los números, explorando la conexión intrínseca entre las emociones; los pensamientos; los intereses y las metas personales y de equipo, con la cultura organizacional y el éxito de las estrategias sostenibles en el tiempo. La planeación emocional es el resultado de priorizar, comprender y respetar las complejidades emocionales que dan forma a los entornos laborales.
¿Revolucionario? ¿Hippie? ¿Alternativo? ¿Un tema de moda? ¿Locura? ¿Tendencia? No importa. Más allá de los adjetivos, creencias o juicios que cualquier pueda tener en torno a estos modelos de liderazgo consciente y de poner como protagonistas las emociones, está el foco más importante para poder generar resultados sostenibles en las compañías: las personas. Y esto no es nada nuevo, no es una afirmación revolucionaria o disruptiva; sin embargo, a veces olvidamos que las personas actuamos y nos movemos en la vida a partir de nuestras emociones, creencias y pensamientos, e incluso a veces, desde nuestra reactividad emocional.
Por esto, es importante poner sobre la mesa preguntas como: ¿Qué emoción te genera esta decisión? ¿Cómo te sientes al observar estas cifras? ¿Qué pensamientos llegan a ti y que emociones llegan a ti frente a esta estrategia? ¿Sientes que esta decisión está alineada a tu propósito o meta personal dentro de la compañía? Esto no solo es sano y justo, es sobre todas las cosas, responsable; y genera confianza, seguridad e incluso, optimismo.
Ahora bien, cabe resaltar que esto no se trata de quitarle la relevancia que conlleva una planeación estratégica exitosa, ni mucho menos a quitar el valor que tiene cada acción enfocada en números y métricas de cumplimiento; la planeación emocional es una herramienta útil, práctica y consciente para humanizar la toma de decisiones y mejorar la satisfacción y compromiso de los equipos al momento de desarrollar, implementar o ejecutar una acción determinada dentro de la compañía, que va de manera transversal, acompañando cada paso de las estrategias corporativas. Lo único que requiere es hacer las preguntas pertinentes y normalizar las emociones dentro de las conversaciones estratégicas.
En la intersección entre la lógica fría de los números y la riqueza de las experiencias humanas, se forja una estrategia robusta y ágil que impulsa el rendimiento, la innovación y la construcción de una cultura organizacional duradera y significativa, centrada en lo más importante: las personas y sus drivers emocionales.
Alejandra Parra Salazar
Comunicadora social, especialista en Mercadeo Estratégico de CESA. Fundadora de Jappymind, centro de experiencias de meditación, bienestar y autoconocimiento para empresas. Autora del libro Método Jappymind de Editorial Planeta. Experta en meditación como herramienta de gestión emocional dentro de las organizaciones.