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Carta al CEO
Productividad en América Latina: ¿Un enemigo (in)destructible?
Aunque no hacen falta trabajadores en América Latina, el crecimiento anual de la productividad en la región, se ha mantenido, por más de 20 años, casi estático, entre 0,2% y 0,5%, en promedio.
Martes, Julio 11, 2023
Por: Pablo Morales Mosquera; editor Revista C-Level.
Todos trabajan: No trabajar es quedarse afuera; es para algunos, el signo más claro del fracaso. Incluso los más ricos, los que pueden no hacerlo más, trabajan o dicen que trabajan. Y bueno, el trabajo no es más que un conjunto de actividades realizadas con el objetivo de alcanzar una meta, solucionar un problema o producir bienes. ¿Pero qué pasa cuando se trabaja y no se produce lo suficiente?
El Banco Mundial asegura que el crecimiento de 1,4% y 2,4% de PIB, esperado para 2023 y 2024, respectivamente, en América Latina, es demasiado bajo para lograr progresos significativos en la reducción de la pobreza de la región.
Y aunque no hacen falta trabajadores, puesto que la proporción de personas en edad laboral se ha duplicado en los últimos 30 años, cifras del organismo multilateral, reveladas en el más reciente reportaje sobre el tema, publicado por The Economist, reflejan cómo se ha mantenido, por más de 20 años, un crecimiento anual de la productividad, casi estático, que oscila entre 0,2% y 0,5%.
Lo que demuestra que la improductividad en América Latina es latente. A pesar de que millones de latinoamericanos trabajan, el (de)crecimiento económico va lanza en ristre, en picada.
De las cinco economías más grandes de la región, Chile tendrá el peor desempeño este año, con una contracción del PIB proyectada del -0,7%. México, Brasil, Colombia y Argentina crecerán, según las previsiones, 1,5%; 0,8%; 1,1%; y 0% , respectivamente. El limitado crecimiento se debe, en parte, a la elevada inflación que todavía aqueja a esta parte del mundo desde 2021. Los bancos centrales han respondido con alzas en las tasas de interés, las cuales encarecen el costo del dinero. Dos agencias calificadoras prevén una ola de impagos de deuda a partir de los altos costos del financiamiento, sobre todo entre empresas.
El Fondo Monetario Internacional y la Ocde, por su parte, coinciden con que la región está regresando a la “senda de bajo crecimiento”, previa al covid-19. ¿Qué estará pasando?
Parte de lo que puede estar sucediendo es que las acciones requeridas para lograr una fuerza laboral más productiva, y generar mucho más valor, tienen muy poca gente ejecutándose. Aún hay apuestas grandes por profesiones ortodoxas que ya están desapareciendo. Y bueno, esto nos genera la (im)productividad que hoy estamos viviendo.
Otro de los problemas es la creciente informalidad laboral en países como el nuestro, dónde más de la mitad de la mano de obra se encuentra en esta zona gris, que afecta al sistema financiero, al inutilizar los servicios convencionales.
Lo cierto es que los países de la región deben, urgentemente, acelerar el crecimiento inclusivo, para que todos se beneficien del desarrollo, mantengan algún tipo de estabilidad macroeconómica y aprovechen las oportunidades que hoy ofrece la integración comercial de un mercado globalizado.
Y para el caso concreto de Colombia, la reforma laboral debería contemplar la posibilidad de flexibilizar los modelos de contratación formal, con el propósito de contrarrestar la alarmante informalidad.