Carta al CEO
Reforma laboral: ¿Un plan simple para enredar más la pita?
El terreno sobre el cuál están paradas alrededor de 1,7 millones de Mipymes, registradas en el país, está minado; preocupa su capacidad de aguante porque la pita está enredada al límite.
Martes, Mayo 23, 2023
Por: Pablo Morales Mosquera; editor Revista C-Level.
La reforma laboral, la inflación, el disparo de los costos de materias primas, dos reformas tributarias para costear el gasto social, y una imparable desaceleración económica, son algunos de los factores que enredan la pita.
Pero en lo que atañe exclusivamente a la reforma laboral, el panorama no es el más alentador. Tras la presentación de la ponencia, el Gobierno Nacional y los parlamentarios oficialistas perdieron una oportunidad para ajustar el texto del proyecto en respuesta a las alertas de empresarios y centros de estudios.
Si bien se han realizado algunas pequeñas concesiones -como una hora en la jornada nocturna y gradualidad en el aumento en el recargo dominical- la iniciativa continúa enfocada en mejorar las condiciones de quienes ya tienen empleo y de los sindicalizados.
Aquel intento reformista del gabinete actual no atiende falencias estructurales del mercado laboral colombiano como el estímulo a la creación de nuevos empleos, incluyendo los actuales retos que trae la transformación digital, y las estrategias para la reducción de la informalidad. Así como tampoco integra el proyecto laboral con la propuesta de reforma pensional.
Desafortunadamente la iniciativa jalonada por el Gobierno de Petro no sólo subestima el papel protagónico del aparato productivo en la creación de empleo, sino también se queda corta en la ambición de resolver las falencias sociales del mercado del trabajo. Aumentar el costo laboral no soluciona la informalidad, la agrava.
Entre las consecuencias más relevantes está el aumento de la brecha entre la formalidad e informalidad. La estabilidad del sistema se encuentra en peligro por el aumento en tablas de indemnización y la falta de claridad de los fueros. En cuanto a lo relacionado a la nómina, afloran los altos pagos dominicales, festivos y nocturnos. Y esto pone en riesgo derechos como el de la generación de empleo formal.
Que el Gobierno busque favorecer a los ya empleados y al movimiento sindical no debe generar mayor sorpresa, pero sí luce desconectada con la dura realidad de los desempleados, en especial mujeres, jóvenes, y de los trabajadores informales.
La reforma debería apuntar a consolidar opciones de empleo de micro, pequeñas y medianas empresas en zonas rurales. Ésta es de lejos un pliego de peticiones sindical y poco socializado, que ve en la función social de las empresas a agentes explotadores sin modelos económicos que deben ser afectados, desplazados.
Además, según la OCDE, la cobertura universal de los servicios públicos básicos, como la salud, desincentiva las cotizaciones a la seguridad social. Actualmente, los trabajadores del sector informal tienen acceso a un sistema subvencionado tan generoso como el de los trabajadores del sector formal, aunque estos cotizan un 12,5% de su sueldo al sistema de salud.
Entonces, surge la duda…¿Estaremos acaso en frente de un plan simple para enredar más la pita?