Adriana González, CEO Mercer Andina, Centroamérica y Caribe

¿Cuál es el reto más importante al que se enfrenta como mujer ocupando un cargo directivo en una empresa colombiana?

Creo que el reto más grande que tenemos las mujeres en el contexto actual es el de posicionar estilos de liderazgo diferentes a los que usualmente conocemos del pasado, aprovechar mejor la empatía y la inspiración a través de un modelo que cuida y que permite que las personas sientan pertenencia y compromiso.

Las mujeres solemos cargar el peso de los paradigmas al ser líderes. Parte del reto es romperlos y evitar copiar estilos que eran típicos en las organizaciones. Debemos luchar con nuestro propio síndrome del impostor que a veces nos juega en contra.

¿Cuáles  son las principales habilidades o cualidades que una líder debe cultivar para destacarse en el ámbito empresarial en Colombia?

Los líderes de hoy, inspiran por su coherencia y por sus actos. Son cada vez más humanos, se reconocen vulnerables pero firmes y están comprometidos con el propósito de sus organizaciones y sus empleados. 

Para mí el liderazgo no debería tener género y deberíamos modelar características en cualquier persona que quiera ser líder: coherencia, empatía , capacidad de escucha, trabajo en equipo. 

Claramente las mujeres por definición solemos ser más abiertas a comunicarnos con los otros. Podemos entender que tenemos todo para tener éxito mientras seamos coherentes, firmes, mientras logremos los resultados a través de los otros. En nuestro contexto empresarial tenemos el reto de liderar fuerzas laborales multigeneracionales, modelos de negocio cambiantes, incertidumbre, ambigüedad , y sobre todo movilizar a las personas a través de sus propios propósitos.

¿Qué medidas podrían implementarse en una empresa para promover una mayor representación de mujeres en posiciones de liderazgo en Colombia?

Todos los procesos de talento en las organizaciones deben estar enfocados en buscar igualdad de oportunidades. Necesitamos atraer y formar más mujeres, reconocer a las existentes y darles oportunidades para crecer. Debemos garantizar condiciones de pago equitativas resultado también de políticas de desempeño objetivas que permitan equidad en la medición y en el desarrollo. 

Las nuevas condiciones de trabajo, como el trabajo flexible e híbrido ayudan a reconocer las cargas adicionales que tienen las mujeres y que a veces las alejan del ambiente laboral o de sus expectativas de crecimiento. No soy amiga de las cuotas,  pero sí de herramientas que ayuden a lograr cambios culturales fundamentales, con los cuales es posible que las mujeres puedan aportar e impactar. 

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