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Colombia envejece más rápido de lo previsto y el sistema no está listo

Colombia acelera su envejecimiento demográfico: menos nacimientos, más adultos mayores y un sistema de cuidados sin preparación para asumir el reto.
Sábado, Diciembre 6, 2025

Colombia ya no es un país joven. Las cifras muestran un giro estructural: menos nacimientos, más adultos mayores y un sistema pensional y de cuidados que no está preparado para absorber la presión que se avecina. En 2024 el país registró 445.011 nacimientos, la cifra más baja en una década y 13,7% menos que en 2023, mientras que los mayores de 60 años ya son 7,6 millones, equivalentes al 14,5% de la población

Las proyecciones de la CEPAL indican que, para 2050, una de cada cuatro personas en América Latina será adulta mayor, lo que transformará la estructura social, laboral y fiscal del país. La pregunta ya no es si Colombia va a envejecer, sino cómo se sostendrán los sistemas de cuidados, salud y pensiones frente a esa realidad.

Una carga creciente para los jóvenes

La preocupación principal no es únicamente fiscal. El verdadero desafío está en quién cuidará a la población mayor. “El país está envejeciendo más rápido de lo que se preparan sus instituciones”, advirtió Massiel Dayana Castillo, docente de Areandina. Según la Encuesta de Uso del Tiempo, las mujeres ya realizan el 70% de las labores de cuidado con 7 horas y 44 minutos diarios de trabajo no remunerado. Con más adultos mayores dependientes, esa carga aumentará. 

El sistema pensional tampoco está compensando la presión: 55,2% de la población ocupada es informal, lo que limita la entrada de nuevos cotizantes, mientras que Colpensiones ya paga 1,8 millones de mesadas. La reforma pensional aprobada en 2024 continúa suspendida por decisión de la Corte Constitucional, manteniendo vigente un modelo que no refleja la nueva realidad demográfica.

Sin política de cuidados, el país enfrentará un cuello de botella social

Colombia carece de una estructura formal para la atención de adultos mayores. No hay un sistema nacional de cuidados, ni seguro de dependencia, ni presupuesto dedicado. En contraste, países como Uruguay, Alemania y Japón han institucionalizado este servicio ante la creciente demanda.

“Hablar de envejecimiento no es referirse solo al futuro, es hablar del presente. Hoy, millones de familias ya cuidan en silencio y sin apoyo del Estado”, señaló Castillo. 

El riesgo es triple:

  • Fiscal: más gasto en salud, dependencia y subsidios.

  • Familiar: interrupción de estudios o empleos para asumir cuidados.

  • Social: brechas entre quienes pueden pagar servicios privados y quienes no.

El futuro inmediato exige decisiones estructurales

La OMS proyecta que la población mayor de 80 años se triplicará entre 2020 y 2050, lo que requerirá personal especializado, infraestructura sanitaria y tecnologías de asistencia. Sin una política pública robusta, esa necesidad no se transformará en empleo formal, sino en sobrecarga para los hogares.

Colombia enfrenta así el viraje demográfico más profundo de su historia moderna. Lo que está en juego no es solo cómo envejecerán los mayores de hoy, sino qué país heredarán los jóvenes: uno capaz de sostener el cuidado, o uno incapaz de responder a una población mayoritaria dependiente.