Carta al CEO

Dar “papaya”...

Hay expresiones colombianas que me hacen sentir avergonzado de mi país. Pero, como si aquello no fuera suficiente,  la semántica escondida de estas palabras dice mucho del pueblo, incluso, de acciones del Gobierno o las empresas. 
Lunes, Abril 3, 2023

Por: Pablo Morales Mosquera; editor Revista C-Level. 

La semántica escondida de las palabras dice mucho de los pueblos; la forma en que acuñan sus aforismos, sus dichos populares, refleja la mentalidad colectiva que han ido modelando la historia y la cultura. 

El “papayazo”, por ejemplo, nos define en sus dos derivaciones. La más triste, a la que se le ha dado incluso el título de décimo segundo mandamiento, es el “no hay que desperdiciar papaya”, porque es una oda a la viveza, a la actitud de estar siempre a la espera del error ajeno para hacer escarnio, para sacar ventaja, para aprovecharse.

Obviamente, antes de ese décimo segundo mandamiento hay un décimo primero que es “no hay que dar papaya”, y aunque este al menos albergue un vago mensaje de prevención, de autocuidado, también es una gran apología a la desconfianza, una renuncia irrevocable y pesimista a la buena fe del otro, a las buenas intenciones del resto. 

Es entonces revelador que en la medición del Latinobarómetro, ese observatorio de las democracias latinoamericanas, Colombia siempre está en los últimos lugares cuando se hace la pregunta sobre la confianza en los demás.

La desconfianza implícita en proverbios populares, como el de “A papaya puesta, papaya partida”, tan acuñados en lo más profundo de la estructura de nuestra sociedad, salpican todos los ámbitos: El personal; el de los negocios, por papayas puestas o aprovechadas por empresarios sin escrúpulos; e incluso, el político, dónde cada decreto, proyecto de ley, o decisión del Ejecutivo, pasa por un “papayazo” mal puesto.

Por ejemplo: El documento de la más reciente reforma laboral llegó al capitolio muy a las 10:00 p.m. del pasado jueves 16 de marzo. Lo que me suscita una duda irreconciliable en mi cabeza y cuestiona el proceder del gabinete actual para poder dar cumplimiento de las propuestas de la candidatura del jefe de Estado:  ¿A “papaya” puesta, proyecto de ley partido…?

Así mismo, forma parte del banquete diario, la “papaya” entre empresarios. No es secreto que hay carteles en todos los sectores, “comisiones” de privados a entidades estatales para la consecución de licitaciones millonarias en sectores como el de la construcción, interventoría, valorización, salud, educación, comunicaciones, transmisión de energía, y más.

O, incluso, otra oda insensata a la viveza o el descuido: La delincuencia común. Si se sale con el reloj en la muñeca, celular en mano y el computador de la oficina muy a las 22 horas, trán, papayazo para los amigos de lo ajeno y chao…¿Hasta cuándo