Carta al CEO

La economía gig: Innovación con riesgos en el trabajo del siglo XXI

La economía gig está redefiniendo el trabajo en el siglo XXI, pero ¿a qué costo?
Miércoles, Mayo 29, 2024

Por: Pablo Morales M, editor adjunto Revista C-Level.

La economía gig, también conocida como la economía de los trabajos temporales o por encargo, está transformando rápidamente la manera en que las personas trabajan y generan ingresos. Este fenómeno, impulsado por plataformas digitales como Uber, Airbnb y Deliveroo, está creciendo a un ritmo vertiginoso, ofreciendo flexibilidad y oportunidades a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, esta tendencia también presenta riesgos significativos que no deben ser ignorados.

En esencia, esta nueva dinámica se refiere a un mercado laboral caracterizado por trabajos a corto plazo, independientes y basados en proyectos. A diferencia del empleo tradicional, donde los trabajadores tienen contratos a largo plazo con beneficios como seguro de salud y jubilación, los trabajadores gig son autónomos y tienen la libertad de elegir cuándo y cuánto trabajar. Esta flexibilidad es uno de los principales atractivos de la economía gig, permitiendo a los individuos adaptar su trabajo a sus necesidades personales y familiares.

Esta tendencia está creciendo exponencialmente, y se espera que el número de trabajadores de plataformas alcance millones en los próximos años. Su rápida expansión puede atribuirse a varios factores. La tecnología es el motor principal, con aplicaciones y plataformas en línea que facilitan la conexión entre clientes y trabajadores. 

Además, la globalización y los cambios en las preferencias de los consumidores han fomentado un aumento en la demanda de servicios rápidos y personalizados. La reciente pandemia de COVID-19 también ha acelerado esta tendencia, con muchas personas recurriendo a trabajos gig debido a la pérdida de empleos tradicionales y la necesidad de ingresos adicionales.

Esta tendencia está creciendo exponencialmente, y se espera que el número de trabajadores de plataformas alcance millones en los próximos años. Si bien esta evolución ofrece oportunidades significativas, también presenta una serie de desafíos que no podemos ignorar.

Otro aspecto positivo es la democratización de las oportunidades laborales. Las plataformas digitales permiten que cualquier persona con acceso a internet pueda ofrecer sus servicios a nivel global. Esto puede abrir puertas para personas en regiones con altas tasas de desempleo o subempleo. No obstante, esta globalización también implica una mayor competencia y una presión constante para bajar los precios, lo que puede resultar en una carrera hacia el fondo en términos de salarios.

Un desafío crítico que plantea la gig economy es la falta de beneficios laborales. En la mayoría de los casos, los trabajadores de plataformas no tienen acceso a seguros de salud, pensiones o vacaciones pagadas. Esta ausencia de una red de seguridad social pone en riesgo a millones de personas que dependen de estos trabajos para su subsistencia. Además, la falta de regulaciones claras en muchos países deja a estos trabajadores en una zona gris legal, sin la protección adecuada de derechos laborales básicos.

Los Gobiernos y las empresas deben adaptarse a esta nueva realidad. Es esencial desarrollar políticas que protejan a los trabajadores de la gig economy sin sofocar la innovación. Esto podría incluir la implementación de beneficios prorrogables, donde las contribuciones a la seguridad social se ajustan proporcionalmente a las horas trabajadas en diferentes plataformas.

Además, las empresas de plataformas deben asumir una mayor responsabilidad. Esto incluye garantizar pagos justos, proporcionar acceso a formación y desarrollo profesional, y contribuir a la seguridad social de sus trabajadores. Un enfoque colaborativo entre el sector privado y el público es crucial para crear un entorno laboral justo y sostenible para todos.

La gig economy es una tendencia que, sin duda, continuará creciendo. Ofrece oportunidades inigualables, pero también plantea desafíos significativos que deben abordarse de manera proactiva. Al encontrar un equilibrio entre flexibilidad, innovación y seguridad, podemos aprovechar al máximo esta nueva forma de trabajo sin sacrificar los derechos y el bienestar de los trabajadores.