María Fernanda Quiñones, presidenta de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico

¿Cuál es el reto más importante al que se enfrenta como mujer ocupando un cargo directivo en una empresa colombiana? 

El principal desafío para una mujer ocupando un cargo directivo en una empresa colombiana es superar las barreras estructurales y culturales arraigadas que perpetúan la desigualdad de género en el ámbito laboral. Esto implica enfrentarse a la brecha salarial, la falta de oportunidades de ascenso y acceso a roles de liderazgo, así como a la carga desproporcionada de responsabilidades de cuidado no remunerado. Para superar este desafío, es crucial promover políticas y prácticas que fomenten la equidad de género, incluyendo la transparencia salarial, programas de capacitación y desarrollo profesional específicos para mujeres, opciones de trabajo flexible y un compromiso activo tanto del sector público como del privado en la promoción de la igualdad de género.

¿Cuáles son las principales habilidades o cualidades que una mujer líder debe cultivar para destacarse en el ámbito empresarial en Colombia?

Una de las principales habilidades que resalto y que como mujeres debemos tener en cuenta es la resiliencia, ya que permite adaptarnos a los cambios dinámicos y sociales que se puedan presentar tanto en el país como en el mundo. El estar empoderadas y con confianza nos da la capacidad de fomentar un ambiente de trabajo diverso y colaborativo. Además, la comunicación, el pensamiento estratégico, la toma de decisiones y habilidades interpersonales para fomentar un entorno inclusivo y productivo en su organización no solo le permiten destacarse en un contexto laboral marcado por una brecha de género, sino que también contribuyen al desarrollo social y económico del país.

¿Qué medidas podrían implementarse en una empresa para promover una mayor representación de mujeres en posiciones de liderazgo en Colombia?

Para promover una mayor representación de mujeres en posiciones de liderazgo en Colombia, una empresa podría implementar diversas medidas. En primer lugar, sería crucial establecer políticas de igualdad de género que fomenten un ambiente inclusivo y libre de discriminación. Esto podría incluir la implementación de programas de mentoría y desarrollo profesional específicamente diseñados para mujeres, así como la promoción de la equidad salarial y la transparencia en los procesos de selección y promoción. Además, la empresa podría colaborar con instituciones educativas para fomentar el interés de las mujeres en carreras relacionadas con la tecnología y la innovación, ofreciendo becas, pasantías o programas de formación especializados. Asimismo, sería beneficioso promover una cultura organizacional que valore y reconozca las contribuciones de las mujeres, y establecer metas y métricas para medir el progreso hacia la diversidad de género en todos los niveles de la empresa. En última instancia, la sensibilización y el compromiso de la alta dirección son fundamentales para garantizar el éxito de estas iniciativas.

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