Innovación

Monte Manglar transforma al Pacífico colombiano con un modelo centrado en la colaboración

Este modelo representa un ejemplo inspirador de cómo las tradiciones ancestrales pueden integrarse a un entorno comercial moderno y competitivo
Martes, Noviembre 19, 2024

Monte Manglar se destaca como una de las iniciativas más innovadoras en la industria de los destilados artesanales en Colombia. Fundada bajo un modelo de colaboración entre Fugitivos y el maestro vichero Ruperto González Biojó y su familia, Monte Manglar representa un ejemplo inspirador de cómo las tradiciones ancestrales pueden integrarse a un entorno comercial moderno y competitivo, beneficiando a las comunidades productoras y preservando el legado cultural del viche. Desde sus inicios, Fugitivos, socio aliado detrás de Monte Manglar, se ha propuesto contribuir al desarrollo de destilados nacionales, destacando el valor de las tradiciones colombianas.

 "Con Monte Manglar, esta visión se ha hecho tangible a través de una asociación en la que cada parte contribuye desde sus fortalezas. Nuestro enfoque se basa en honrar y fortalecer el legado del viche, mientras planteamos dinámicas sostenibles a nivel económico para los productores.” comenta Juan Sebastián Salinas Co Fundador de Fugitivos.

La historia de Ruperto González

El señor Ruperto González Biojó, oriundo de Tumaco, Nariño, en el Pacífico colombiano, es un maestro vichero con más de 40 años de experiencia en la producción de viche. Ha dedicado su vida a preservar y promover esta tradición ancestral. 

A sus más de 60 años, ha transmitido su conocimiento a sus hijos, siendo Eduardo González Lafaux quien se ha convertido en Maestro Vichero de sexta generación bajo la mentoría de su padre. Junto a él se crea un modelo colaborativo que prioriza la autonomía donde la estructura de Monte Manglar permite que la familia González Lafaux mantenga el 60% de propiedad de la marca, asegurando que el control y los beneficios permanezcan en la comunidad productora. 

La Inversión es directa en infraestructura y cadena de valor desde sus inicios, donde Fugitivos ha generado empleos y fortaleciendo la infraestructura local para una producción de alta calidad. La capacitación humana ha sido clave, los miembros de la familia han recibido asesoría técnica y empresarial, lo cual les permite fortalecer sus capacidades en la producción y gestión del negocio, asegurando la sostenibilidad a largo plazo de Monte Manglar. 

Así mismo, esta opera en estricto cumplimiento de las leyes y regulaciones que protegen al viche como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, alineándose con la Ley 2158 de 2021 y la Resolución Conjunta 113 de 2024. Además, la marca fomenta una cultura de transparencia y responsabilidad en todos sus procesos, garantizando el desarrollo integral y sostenible de la producción de viche en Colombia.

"Creo en el poder de compartir el sabor de nuestro Viche con el mundo. Es un producto de nuestra tierra y de nuestras manos, y quiero que todos lo conozcan y lo disfruten con respeto y orgullo. Esta colaboración representa una oportunidad de progreso para nuestra familia y comunidad, ayudando a impulsar nuestro territorio y a preservar sus tradiciones.” - Don Ruperto González Biojó, Maestro Vichero

Desde su creación, Fugitivos ha invertido más de 600 millones de pesos en el Pacífico colombiano, tanto en la capacitación como en la construcción y equipamiento de una microdestilería en Soledad Curay, Tumaco perteneciente en su totalidad a la familia González Lafaux fortaleciendo su rol como el núcleo del proceso productivo, contando con respaldo técnico y comercial que permite a Monte Manglar crecer y llegar a nuevos consumidores.

Hasta la fecha, han impulsado el desarrollo local y ofreciendo nuevas oportunidades de ingresos a la comunidad. Adicionalmente, en un contexto de regulación en desarrollo, Fugitivos ha trabajado en la creación de un "pack legal documental" que facilita la comercialización del viche en Bogotá y ofrece a los productores una herramienta fiable para cumplir con los requisitos temporales de comercialización.

Cada lote de Monte Manglar es sometido a un meticuloso proceso de control de calidad mediante pruebas en laboratorios independientes certificados, asegurando que cada botella cumpla con altos estándares de seguridad para los consumidores. Para proteger la salud de los consumidores, cada lote de Monte Manglar pasa por un proceso de control de calidad mediante pruebas en laboratorios independientes certificados, alineado con la normativa sanitaria en desarrollo. Así, Monte Manglar asegura que cada botella cumpla con altos estándares de seguridad y calidad, manteniendo el carácter auténtico del producto.

En el último trimestre de 2024, Monte Manglar registró un crecimiento del 5% en ventas en comparación con el mismo período del año anterior, reflejando una tendencia positiva en la consolidación de esta categoría. 

Para 2025, Monte Manglar se enfocará en la formalización del viche, un proceso crucial para asegurar su reconocimiento y sostenibilidad en el mercado. Además, la marca continuará estableciendo alianzas estratégicas con distribuidores y establecimientos que permitan la expansión responsable del viche y su cultura. Si bien la innovación en productos no es una prioridad inmediata, la marca explora constantemente nuevas oportunidades para fortalecer la creatividad y colaboración en torno al viche.

“En Monte Manglar, vemos oportunidades importantes para expandir el viche sin perder su esencia cultural, especialmente en un contexto en el que destilados internacionales se fortalecen en Colombia. Países como México y Perú han posicionado sus productos emblemáticos como el tequila y el pisco, integrando producción local e innovación sin perder el orgullo cultural. Es fundamental que Colombia siga un camino similar, tejiendo puentes entre tradición e innovación para que nuestros productos tradicionales reciban el reconocimiento que merecen a nivel nacional e internacional.” Señala Juan Sebastián Salinas Co Fundador de Fugitivos.

Monte Manglar y Fugitivos continúan demostrando que, con un enfoque constructivo y respetuoso, es posible generar impacto positivo en las comunidades, respetar las prácticas ancestrales y contribuir al desarrollo de una industria que inspira orgullo nacional.