
El día que dejamos de leer noticias
En Colombia, solo el 41.2% de los usuarios consumimos noticias en internet, mientras redes sociales y entretenimiento dominan. ¿Estamos dejando de informarnos?
Miércoles, Marzo 5, 2025
Si los datos no mienten, cada vez nos importa menos la información seria y más el entretenimiento superficial. En Colombia, el consumo de noticias en internet está en 41.2%, mientras que redes sociales y mensajería instantánea dominan con 98.9% y 98.0%, respectivamente.
No sorprende. Cada día, el algoritmo nos entrena mejor para consumir lo inmediato, lo viral, lo que nos confirma lo que ya pensamos en lugar de retarnos a analizar. Mientras tanto, el periodismo enfrenta una crisis no solo económica, sino de relevancia en la era del contenido rápido.
¿Por qué hemos dejado de leer noticias?
Los medios de comunicación solían ser el centro de la conversación pública. La radio, la televisión y los periódicos eran fuentes indispensables para entender lo que ocurría en el país y el mundo. Hoy, sin embargo, los medios tradicionales compiten con el océano infinito de contenido digital donde la inmediatez y la viralidad pesan más que la profundidad.
El problema no es solo la oferta, sino la demanda. Cada vez son menos las personas dispuestas a leer un análisis completo cuando pueden quedarse con el titular. Menos aún están dispuestas a pagar por periodismo de calidad cuando el contenido gratuito, aunque sea desinformación o clickbait, está a un solo clic de distancia.
Las cifras hablan por sí solas: el entretenimiento, la música y el consumo pasivo de redes sociales superan en engagement a las noticias. Esto plantea una pregunta inquietante: ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo si la información rigurosa deja de ser una prioridad?
El impacto de una sociedad desinformada
Cuando las noticias dejan de ser relevantes para la mayoría, la consecuencia es clara: tomamos peores decisiones. Sin información confiable, no entendemos los cambios económicos, las reformas políticas o las tendencias globales que afectan nuestro trabajo y nuestra vida.
Además, la desinformación se propaga con mayor facilidad cuando el consumo de noticias de calidad disminuye. En un mundo donde cualquier persona con acceso a internet puede publicar contenido sin filtros, la verdad compite en desventaja frente a la manipulación y la propaganda disfrazada de noticia.
En el ámbito empresarial, la falta de información estratégica impide que los negocios tomen decisiones acertadas. ¿Cómo puede una compañía proyectar su crecimiento sin comprender el contexto político y económico? ¿Cómo puede un emprendedor innovar si no conoce las tendencias de su industria?
Es momento de actuar: valorar, pagar y consumir información confiable
Las empresas, universidades y organizaciones tienen un rol clave en este desafío. Es momento de fomentar campañas internas que impulsen la educación mediática y que motiven a las personas a consumir información verificada y de calidad.
Y aquí viene un punto crucial: el periodismo serio no es gratis. Si las personas y las empresas no valoran ni pagan por información confiable, los medios que hacen un trabajo responsable desaparecerán, dejando el camino libre para la desinformación y el sensacionalismo.
Las suscripciones a medios de comunicación, el apoyo al periodismo independiente y la promoción de una cultura de análisis crítico no son solo una inversión en conocimiento, sino en la sostenibilidad de la verdad en una sociedad que cada vez parece preferir la ficción.
¿Nos resignamos al scroll eterno o tomamos el control de lo que consumimos?