
La infraestructura bancaria se reconfigura, es omnicanal
La infraestructura bancaria se transforma con IA, cajeros omnicanal y nuevas alianzas para responder a clientes más exigentes y amenazas digitales.
Jueves, Abril 10, 2025
Este año se perfila como un periodo transformador para el sistema bancario, marcado por avances tecnológicos que prometen redefinir la forma en que las instituciones gestionan sus operaciones y conectan con los clientes. En el centro de esta revolución está la evolución de los cajeros automáticos y la integración de la inteligencia artificial en procesos clave.
Durante las últimas décadas, los cajeros automáticos han sido un pilar fundamental de la banca. En 2025, estas máquinas no solo continuarán adaptándose a las demandas del mercado e inclusión financiera, también se consolidarán como herramientas omnicanal, capaces de ofrecer mucho más que las transacciones básicas.
Con funciones avanzadas como el reciclaje de efectivo y la autenticación mediante códigos QR, los cajeros modernizados permitirán a los bancos optimizar costos y brindar a los usuarios una experiencia más eficiente.
Aunque hay que observar que esta evolución también trae consigo nuevos desafíos. Las amenazas de ciberseguridad se intensifican, con la aparición de malware especializado como FASTCash y FixS.
El impacto de la inteligencia artificial también se hará sentir con fuerza. Desde la optimización de la logística del efectivo hasta la detección de comportamientos anómalos en tiempo real, estas herramientas permiten a las instituciones no solo reducir costos, sino también fortalecer la seguridad.
Por ejemplo, la capacidad de prever necesidades de reposición en redes de cajeros automáticos puede transformar la eficiencia operativa y garantizar la sostenibilidad financiera.
En el ámbito físico, las tendencias globales apuntan hacia una reconfiguración de las infraestructuras bancarias. Modelos como el programa Batopin, en Bélgica, que apuesta por redes compartidas en ubicaciones estratégicas como centros comerciales y estaciones de transporte, pueden replicarse a escala mundial. Esta estrategia no solo optimiza recursos, sino que también mejora la accesibilidad para los clientes.
Otra evolución significativa puede venir de los neobancos, que durante el presente año tienen todo para dar el salto del mundo digital al físico. Con soluciones innovadoras que fusionen lo mejor de ambos entornos, estas entidades tienen el potencial de transformar el mercado, llevando la banca distribuida a nuevos niveles de inclusión y conveniencia.
Mientras tanto, los bancos tradicionales enfrentan el desafío de mantener su relevancia en un entorno cada vez más competitivo. La clave estará en su capacidad para adoptar nuevas tecnologías y anticiparse a las necesidades de los consumidores. La colaboración con otros actores del sector, la inversión en seguridad y la innovación centrada en el cliente serán fundamentales para liderar esta nueva era.
En un mundo donde la tecnología define el ritmo, las instituciones financieras tienen la responsabilidad de construir un ecosistema resiliente, seguro y alineado con las expectativas de un cliente cada vez más exigente.