La transformación empresarial en Colombia, un llamado que nos convoca a todos

La transformación empresarial es urgente en Colombia: innovación, sostenibilidad y talento humano serán clave para construir un país más próspero.

Diego Quijano

CEO BDO en Interaméricas

En un momento de incertidumbre global, el progreso de una nación depende, en gran medida, de la capacidad de sus empresas para adaptarse a los cambios que se producen tanto a nivel nacional como internacional. Soy consciente de que, como economía emergente, nuestro país enfrenta desafíos significativos que debemos superar si queremos garantizar un futuro próspero para todos. En este contexto, Colombia necesita una transformación empresarial profunda, y, aunque muchos piensen que esto debe comenzar dentro de las organizaciones, la realidad es que somos muchos los actores involucrados en este proceso.

Esta renovación no depende exclusivamente del gobierno; también es responsabilidad de cada uno de nosotros, los miembros del sector privado. Las empresas colombianas debemos entender que el éxito no solo radica en la correcta gestión de los recursos, sino en la capacidad de reinvención constante. Según un estudio de Confecámaras, solo el 33,5% de las empresas del país sobreviven más de cinco años. Hoy más que nunca, es crucial adaptarse a un contexto que exige innovación, sostenibilidad y la adopción de nuevas tecnologías. El reto es doble: no solo se trata de modernizar la infraestructura productiva, sino también de transformar una mentalidad empresarial que aún se aferra a esquemas tradicionales.

Ahora bien, también es fundamental que las empresas continúen adoptando prácticas sostenibles y socialmente responsables. En un mundo que enfrenta desafíos como el cambio climático y las crecientes desigualdades, debemos ser conscientes del rol que desempeñamos en la construcción de un futuro mejor para todos. En este sentido, la responsabilidad empresarial ya no se mide solo por la rentabilidad económica, sino por su impacto social en el que el capital humano es uno de los activos más valiosos.

Sin duda ya no basta con tener una estructura organizacional sólida; es esencial invertir en el desarrollo continuo del talento humano. Al final, son las personas quienes generan ideas, ejecutan estrategias y convierten los recursos en resultados tangibles. Sin duda, aquellas empresas que no logren adaptarse a esta nueva exigencia podrían quedarse atrás, tanto frente a los consumidores como ante los inversionistas. El informe Building Happiness elaborado por Buk en 2023 y que consultó a más de noventa mil colaboradores, arrojó que el salario emocional es uno de los aspectos más valorados por el talento en Colombia y en Latinoamérica. Garantizar el bienestar y fomentar espacios de equidad contribuyen en este punto, y al respecto, disminuir las brechas salariales y de liderazgo corporativo entre hombres y mujeres también es un tema que se debe priorizar en la agenda corporativa actual. 

El compromiso de las organizaciones con su cultura interna y su impacto en los diversos grupos de interés se refleja en prácticas tangibles que buscan responder a las demandas cambiantes de la sociedad. Un ejemplo relevante desde BDO es que, por segundo año consecutivo, hemos recibido la certificación de Great Place to Work. Este reconocimiento no solo evidencia un entorno laboral positivo, sino también destaca nuestra estrategia integral basada en el desarrollo profesional, el bienestar y la apuesta por la calidad de vida de nuestros colaboradores. Estos esfuerzos se traducen en una preparación constante para afrontar los desafíos del mercado, fortaleciendo las capacidades internas que nos permiten marcar la diferencia.

La transformación también depende de la educación y el liderazgo, elementos esenciales para el progreso. En este sentido, hago un llamado a la Academia: es crucial formar profesionales que no solo comprendan la teoría empresarial, sino que también tengan una visión crítica y práctica sobre cómo aplicar ese conocimiento en la realidad de nuestro país. Colombia necesita una nueva generación que impulse la innovación, la sostenibilidad y el crecimiento económico. Para lograrlo, la educación juega un papel primordial, preparando a nuestros futuros líderes para enfrentar los desafíos del mañana.

Nuestro país atraviesa tiempos desafiantes, y la tarea de transformarlo no será fácil ni rápida. Sin embargo, con el liderazgo adecuado, la inversión en educación y un firme compromiso con la sostenibilidad, Colombia tiene todo lo necesario para convertirse en un modelo de innovación y desarrollo en América Latina.

Debemos trabajar juntos para hacer realidad el sueño de un país próspero. Pero para lograrlo, necesitamos empresas que no solo busquen el beneficio económico inmediato, sino que apunten a un futuro más justo, equitativo y sostenible para todos. Esta es la transformación que Colombia necesita, y si la llevamos a cabo, podremos poner al país en el camino correcto hacia un futuro más prometedor.