Una reflexión sobre la coherencia

Quien es capaz de hacerse cargo de sí mismo en todos los aspectos de su vida, es realmente capaz de acompañar a otros: una reflexión sobre la coherencia.
Alejandra Parra, fundadora de Jappymind

Alejandra Parra

Fundadora de Jappymind

Entender la coherencia dentro del espacio laboral va más allá de las acciones y las palabras; va más allá del ejemplo o la admiración. La coherencia en este sentido solo representa un aspecto fundamental: la confianza. 

Generar confianza entre dos partes es un proceso complejo que implica una variedad de factores y virtudes. Requiere tiempo, transparencia, comunicación efectiva y una serie de otros elementos que contribuyen al fortalecimiento del vínculo entre las personas. Sin embargo, cabe destacar que, aunque todos estos aspectos son esenciales para establecer relaciones sólidas, tanto dentro como fuera del ámbito laboral, la coherencia y el respeto que emana de ella desempeñan un papel crucial. 

De hecho, la presencia de coherencia puede acelerar significativamente el proceso de desarrollo de confianza entre las partes involucradas, reduciendo así el tiempo necesario para establecer una conexión sólida y significativa.

Si bien esto, no tiene un sustento científico y muchas personas podrán cuestionar esta hipótesis, el sentido de poder entrelazar la coherencia con la confianza, cobra mayor sentido en el escenario del liderazgo.

La coherencia es un atributo que irradia estabilidad y fiabilidad en cualquier interacción humana. Desde la perspectiva laboral, cuando un líder actúa de manera coherente, transmitiendo mensajes claros y consistentes desde sus valores, su ética y su consciencia, crea un entorno en el que los demás pueden confiar. 

Los mensajes y acciones coherentes, arraigados incluso en los valores personales, transmiten credibilidad, sinceridad e incluso vulnerabilidad. Esto establece un estándar de comportamiento que inspira respeto y admiración. Los líderes que mantienen coherencia en su conducta y valores son percibidos como personas íntegras y confiables, ejemplares y admirables. 

En términos sencillos, un líder que mantiene la misma consistencia en su pensamiento, palabra y acciones, tanto dentro como fuera de su rol, es quien finalmente genera los lazos de confianza más fuertes con las personas a su alrededor. La confianza en un equipo es lo que permite su satisfacción, su engranaje y su solidez. 

Al final del día, el líder es una persona completa, con emociones, enfrentando situaciones externas, desafíos, virtudes y debilidades; es un ser humano en constante desarrollo y evolución. 

Sin embargo, para poder acompañar, guiar y enseñar, para ser un ejemplo para los demás, debe primero mirar hacia adentro, comprender quién es, cuáles son sus principios innegociables, qué valores rigen su vida personal y laboral. Porque al final, estas cualidades trascienden todos los aspectos de su ser. Sencillamente: la coherencia es un aspecto de autoconocimiento y al conocerse, 

¿Qué tan sincero es consigo mismo? ¿Cuánto se conoce a sí mismo para proyectar autenticidad y transparencia, y así construir esos lazos inquebrantables de confianza? ¿Qué tanto se conoce para actuar de manera coherente, dentro y fuera de su rol? ¿Cómo actuaría si nadie lo está mirando en momentos difíciles o fuera de su zona de confort? De ahí viene la coherencia que realmente se necesita para generar lazos basados en confianza.