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Periodismo en Colombia: precariedad, presión y autocensura
El 72% de los periodistas colombianos ha sufrido desgaste emocional y más del 60% se ha autocensurado por miedo o presiones externas.
Lunes, Mayo 5, 2025
La libertad de expresión en Colombia no solo se mide por agresiones o censura explícita. También se vive —y se sobrevive— en un entorno marcado por inestabilidad laboral, desgaste emocional y autocensura, según revela la Encuesta Nacional de Libertad de Expresión 2025, realizada por la FLIP en alianza con Cifras & Conceptos.
El estudio, basado en 569 encuestas a periodistas de todo el país, evidencia que el 72% ha experimentado afectaciones emocionales por causa directa de su oficio, mientras que un 64% califica su salud mental como “muy buena”, una aparente contradicción que los investigadores explican por la persistencia de tabúes y la negación del malestar emocional en el gremio.
Periodistas agobiados: salud mental, autocensura y agotamiento
Los síntomas más frecuentes entre quienes reportan desgaste emocional son:
Ansiedad (67%)
Frustración o impotencia (60%)
Fatiga extrema (52%)
Desmotivación laboral (47%)
Estrés crónico (40%)
Estos efectos no son meramente individuales. El 62% de los encuestados admite haberse autocensurado, abandonado temas o considerado dejar el periodismo. Y el 84% ha visto estas señales en colegas. El impacto es estructural.
La brecha por edad es clara: mientras el 82,5% de mayores de 65 años reporta buena salud mental, solo 1 de cada 4 periodistas entre 18 y 25 años lo hace.
Precariedad y brecha de género: otra forma de censura
La encuesta también confirma lo que muchas redacciones ya saben: el periodismo colombiano no permite vivir dignamente del oficio.
El 56% gana menos de $3 millones al mes,
El 45% depende de otras fuentes de ingreso,
Solo el 25% ha recibido apoyo institucional en salud mental.
Las mujeres periodistas, además de estar subrepresentadas en la muestra (27%), enfrentan una mayor precarización:
El 68,1% de las mujeres que sufren desgaste ha considerado abandonar la profesión, frente al 59,7% de los hombres.
Tienen menor acceso a cargos directivos y mayor exposición a multitareas y contratos inestables.
Digitalización, métricas y presión por visibilidad
El entorno digital también impone nuevas formas de presión:
El 63% afirma que las métricas como visitas o clics afectan su bienestar emocional.
El 59% trabaja en medios que dependen “mucho” del algoritmo de Google.
El 42% se siente mal informado sobre el uso de IA, aunque el 46% ve su impacto como una oportunidad.
Esta “dictadura del clic” convierte a las métricas en un nuevo editor invisible, que impone ritmos productivos inhumanos y puede terminar por vaciar de contenido crítico al periodismo.
Agresiones crecientes y autocensura como norma
Entre 2023 y 2025, aumentaron las agresiones:
Hackeos a medios: de 24% a 35%
Atentados conocidos: de 18% a 25%
Seguimientos ilegales: de 12% a 16%
Violencia sexual relacionada con el oficio: de 10% a 15%
Además, el 41% ha evitado publicar por temor a perder pauta, y el 32% por miedo a sanciones administrativas. En regiones como el Pacífico o la Amazonía, la inseguridad es vista como principal obstáculo para ejercer la labor.
El periodismo no solo informa, también resiste
El informe concluye que la precarización, la presión económica, la falta de apoyo institucional y las agresiones sostenidas están configurando un ecosistema donde el desgaste emocional funciona como una forma silenciosa de censura.
“Sin acciones estructurales y diferenciadas, el periodismo en Colombia corre el riesgo de apagarse en silencio”, advierte la FLIP.