Quemaduras en diciembre: cómo actuar ante heridas leves y graves

Las quemaduras en diciembre vuelven a encender las alertas en Colombia durante la temporada de celebraciones. El uso de pólvora, velas y líquidos calientes incrementa los accidentes domésticos, muchos de ellos prevenibles. Según el Instituto Nacional de Salud (INS), en diciembre de 2024 se registraron 1.035 personas lesionadas por pólvora, una cifra menor frente a 2023, pero aún preocupante por su impacto en niños y adultos.

Las autoridades y especialistas coinciden en que la prevención y la respuesta adecuada en los primeros minutos pueden marcar la diferencia entre una lesión menor y una complicación grave.

Quemaduras en diciembre: riesgos que se repiten cada año

La temporada decembrina concentra factores de riesgo recurrentes: celebraciones en casa, manipulación de velas durante la Noche de Velitas, preparación intensiva de alimentos y mayor exposición de niños a fuentes de calor.

Para Carolina Hoyos, especialista clínica de Solventum, “todas las quemaduras son prevenibles si se toman pequeñas medidas en espacios que solemos considerar seguros”, una afirmación que refuerza la necesidad de educación y autocuidado en el hogar.

Primeros pasos ante quemaduras y heridas leves

Las lesiones leves raspaduras, quemaduras superficiales por líquidos calientes o velas, requieren atención inmediata para evitar infecciones. Las recomendaciones clínicas incluyen:

• Limpieza inmediata con agua tibia y jabón neutro.

• No reventar ampollas; cubrir con gasa estéril si aparecen.

• Evitar remedios caseros como mantequilla, aceites o crema dental.

• Hidratación adecuada y control del dolor bajo orientación médica.

El seguimiento diario es clave. Signos como enrojecimiento persistente, dolor creciente, pus, fiebre o inflamación deben motivar consulta médica inmediata.

Cuándo una quemadura se convierte en una urgencia

Las quemaduras por pólvora o líquidos calientes que afectan cara, manos, articulaciones o zonas extensas del cuerpo requieren atención médica inmediata. Este tipo de lesiones puede provocar daño profundo en tejidos, infecciones severas e incluso amputaciones si no se tratan oportunamente.

En entornos clínicos, los equipos de salud pueden recurrir a terapias avanzadas, como la terapia de presión negativa, que ayuda a retirar fluidos, reducir infecciones y favorecer la cicatrización. “Una herida profunda o en zonas sensibles debe ser evaluada por un especialista; una intervención oportuna puede cambiar el pronóstico del paciente”, explicó Hoyos.

Prevención: la herramienta más efectiva

Más allá del tratamiento, la prevención sigue siendo el factor decisivo para reducir las cifras de quemaduras en diciembre. Supervisar a los niños, manejar con precaución velas y líquidos calientes, y evitar el uso de pólvora son acciones básicas que disminuyen riesgos en el hogar.

Educar a la familia sobre cómo actuar ante una emergencia doméstica y cuándo acudir a un servicio médico resulta clave para cerrar el año sin tragedias evitables.

Cerrar el año sin riesgos

Las estadísticas y la experiencia clínica coinciden en un punto central: la mayoría de las quemaduras decembrinas se pueden evitar. Actuar con responsabilidad, responder adecuadamente ante lesiones leves y buscar atención oportuna ante casos graves permite disfrutar de las celebraciones sin comprometer la salud.

En diciembre, la prevención y la información salvan tiempo, bienestar y vidas.