Esta emprendedora convirtió diademas artesanales en todo un negocio

La idea de diademas artesanales que tuviera un toque diferente y que fueran más osadas nació de María Alejandra Parra Verano, una barranquillera que dice haber heredado el gusto por las joyas y las “cosas bonitas”, de su padre, un hombre quien, junto a su esposa, tuvo una tienda de bisutería en la barranquilla de los 90s. 

Aunque la tienda de los padres de esta empresaria ya no existe hoy en día, la herencia de aquellas pequeñas joyas que quedaron regadas en su casa llegó hasta las manos de esta emprendedora, quien después de ver un desfile en el que las modelos usaban tiaras y coronas extravagantes, decidió hacer algo parecido para ella. 

Fue así como una tarde Maria Alejandra hizo una diadema artesanal, que al día siguiente llevó a la universidad del Norte en Barranquilla, donde en ese momento estudiaba. 

“Mis amigas me preguntaron que de donde había sacado eso tan bonito, fue cuando me di cuenta de que había un nicho en el mercado en el que yo podía entrar”, asegura la emprendedora. 

El salto al emprendimiento con diademas artesanales 

De esa manera nació la marca Cafuné, un nombre portugués que ella eligió debido a su profundo significado, Cafuné se refiere a la acción tierna de pasar los dedos entre el cabello de la persona amada. 

“Yo quería que mis clientas sintieran eso, que su Cafuné acariciara su cabello”, asegura la emprendedora. 

Poco después de graduarse tomó la decisión de dejar su empleo en ese momento y adentrarse en el mundo del emprendimiento

“Emprender en Colombia es retador, no es sencillo mucho menos para mí porque había muchas cosas que dependían de mi y del trabajo que en ese momento tenía, pero decidí apostarle todo a mi marca y lanzarme”, dice Parra. 

Una Cafuné clásica puede conseguirse desde $130.000 a $300.000 a través de la pagina web de la marca https://cafunecol.com/ Sin embargo, la exclusividad de las piezas y el proceso de fabricación ha permitido que Maria Alejandra haya entregado a miles de sus clientes piezas personalizadas. 

Hoy, diez años después de su creación, la marca ha conseguido enviar ejemplares únicos a lugares como Dubai y México, países en los que se pasean sus diademas artesanales y hechas a mano, además, ya ha consolidado su marca como una empresa en la que ha logrado emplear a dos mujeres más. 

Una visión emprendedora 

Su sueño, según ella lo menciona es “tener una empresa donde trabajen muchas mujeres”, pues, uno de sus muchos aprendizajes en el proceso de emprender ha sido tener la oportunidad de conocer sus ritmos de trabajo y es por ello que desea brindar la misma oportunidad a otras mujeres. 

Desde muchos años atrás, la emprendedora ha venido trabajando alrededor de sus ciclos menstruales.  

“En el mes, las mujeres tenemos muchos cambios hormonales, debemos aprender a reconocer nuestros ciclos para entender nuestros procesos de productividad y conseguir ser más eficientes”, asegura la emprendedora quien además dice que “yo conozco mi cuerpo y aprovecho los días de productividad, pero también honro aquellos días en que necesito descansar”. 

En el horizonte del 2024, María Alejandra visualiza un futuro de expansión y crecimiento continuo para Cafuné. Su misión es llevar la exclusividad, la belleza y la confianza a cada vez más mujeres, consolidando así su legado como pionera en el mundo de los accesorios para el cabello.

Cafuné no es solo una marca, es una historia de pasión, determinación y empoderamiento femenino, tejida con amor y dedicación por una emprendedora visionaria.