Carta al CEO
¡Amerita ajustar el trabajo a la vida!
Los colombianos tenemos fama internacional de trabajadores, “echados pa lante”, verracos, emprendedores. Tanto así, que trabajamos más y facturamos menos…
Martes, Mayo 2, 2023
Por: Pablo Morales Mosquera; editor Revista C-Level.
Nuestra reputación de trabajadores, “echados pa lante”, verracos, emprendedores, es global, y con razones de peso que confirman la realidad. Nuestro país es el cuarto en Latinoamérica con el índice más alto de horas semanales trabajadas; encabezamos la lista regional con un promedio de 41,7, después de El Salvador (43,4), México y Uruguay (ambos con 42,1).
Ahora bien, el peso de la jornada laboral, no resulta proporcional al registro del PIB por hora trabajada, que representa el volumen total de producción nacional. Panamá, por ejemplo, trabaja menos, pero factura más; puntea con alrededor de US$35/hora, con un reporte de menos de 35 horas semanales. Países como El Salvador, en cambio, reportan cerca de 43,4 horas y US$10/hora.
Y bueno, la cosa puede estar cambiando…El Congreso de Chile aprobó a mediados de abril, el proyecto de ley que procura reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. La propuesta prevé una disminución gradual de la carga laboral en un plazo de cinco años sin reducción de la remuneración y también contempla la posibilidad de trabajar cuatro días por semana. La iniciativa queda ahora lista para ser promulgada por el presidente, Gabriel Boric, y con ello, el país andino reaviva el debate sobre la duración de la jornada laboral en el resto de Latinoamérica. Pero, para lo que nos atañe, ¿Podemos seguir bajando las horas y continuar siendo poco productivos?
Para el caso nuestro, nos debemos conformar con una media de US$16/hora y la suma de un poco más de las ocho horas diarias que se terminan reflejando en las cifras oficiales. Trabajamos más y facturamos menos. ¿No amerita entonces ajustar el trabajo a la vida, buscar un mayor equilibrio entre lo que se factura y el tiempo de dedicación a nuestras labores productivas?
Y para rematar, en países como México y Colombia, la prevalencia de la jornada laboral excesiva llega a 27%, mientras que en Venezuela o Panamá es inferior a 10%. Es decir; tres de cada 10 colombianos trabajan 49 horas semanales, o incluso más.
Estas estimaciones, incluyen, por supuesto, a trabajadores informales, quienes representan una significativa proporción de la fuerza laboral en países como el nuestro, dónde seis de cada 10 ciudadanos se encuentran en situación de informalidad.
¿El Gobierno debería entonces impulsar una reforma de los horarios laborales para aumentar la productividad y favorecer la conciliación entre el trabajo y la vida?.
En todo caso, no se trataría de “vivir sabroso” bajo el sustento de un sinfín de subsidios girados bajo una onda paternalista, sino, más bien, de reducir la informalidad, mitigar el estancamiento de empleos bien remunerados, e impulsar a los emprendedores con una reducción de impuestos que le permita a las MiPymes pagar su nómina con salarios justos y compensaciones dignas por las horas trabajadas demás. Allí yace el verdadero problema social.