Carta al CEO

“The colombian disconnection”

Con el cannabis quemándose en la puerta del horno, el proyecto legislativo que busca regular su uso adulto en Colombia, está a un cacho de quemarse en plenaria del Senado. ¿Continuará esta industria en la clandestinidad?
Martes, Junio 20, 2023

Ya han pasado 44 años desde que la revista TIME puso en portada una verde y gigantesca hoja de marihuana, atravesada por un avión a hélice, abrazado por el sugestivo y muy cinematográfico título: The Colombian Connection

El reportaje, firmado por el corresponsal Donald Neff, evidenció una realidad que hoy podría aplicar a otros estupefacientes vistos con peores ojos que la, hoy para muchos, inofensiva mata de cannabis; reveló nombres, rutas y dinámicas de la ya conocida bonanza marimbera. 

Ahora, con el cannabis quemándose en la puerta del horno, el proyecto legislativo que busca regular su uso adulto en Colombia, está a un cacho de quemarse en plenaria del Senado. ¿Continuará esta industria en la clandestinidad?

La Cámara de Representantes aprobó el pasado 06 de mayo el uso adulto de cannabis en Colombia. Con 98 votos a favor (eran necesarios 95) y 57 en contra, la cámara baja del Congreso de la República dio luz verde al proyecto de reforma constitucional en su sexto debate, de ocho necesarios para que se convierta en ley. 

El proyecto debe pasar por ocho debates, y no por cuatro como ocurre con las leyes ordinarias, ya que busca modificar el artículo 49 de la Constitución, que prohíbe desde 2009 el porte y consumo de sustancias psicotrópicas y estupefacientes. Los dos restantes dependen del Senado, que tiene como plazo máximo para aprobarlo el 20 de julio. En caso de no cumplirse, se archivaría por no cumplir con los tiempos.

El objetivo fundamental del proyecto, impulsado por el representante Juan Carlos Losada, es impugnar la prohibición absoluta que impulsó en su momento el Gobierno de Álvaro Uribe para, de esa manera, autorizar la compra, venta, distribución y comercialización del cannabis y sus derivados para uso exclusivo de los adultos.

Pero, como en muchas de las decisiones libradas en el Congreso, surgen trabas. En la noche de este lunes festivo, cuando se realizaba el octavo y último debate para permitir la compra y venta de marihuana recreativa, el presidente del Senado, Alexander López Maya, levantó la sesión y aplazó la votación para este martes a las 2 de la tarde por una supuesta “falta de Cuórum”.

La realidad es que los ánimos están caldeados y las opiniones divididas. Al parecer no es éste un tema fácil de resolver; hay caos. Entre insultos, gritos y la falta de un voto se deja agonizante la legalización de un mercado del cannabis que, como en todo, bajo las sombras de la ilegalidad da cabida a crímenes amparados en la dinámica del tráfico de estupefacientes, mientras que, con regulación impulsa una industria prodigia, además de un consumo más consciente. 

En las montañas del departamento colombiano del Valle del Cauca, por ejemplo, las raíces del cannabis cada vez crecen más y se expanden con fines dedicados a la investigación, la transformación y el uso medicinal, alejándose del microtráfico y la violencia. ¿No pasaría lo mismo, pero en mayor medida, en más cultivos, si se regula su consumo recreativo para adultos?

En el municipio de Dagua hay proyectos como Green Leaf, un emprendimiento que nació en 2017 gracias a la unión de cuatro amigos y que en 2022 vendió más de 800 kilos de flor de cannabis prémium medicinal a más de 15 empresas legales con las licencias que requiere la regulación colombiana.

Como ése, hay más de 40 emprendimientos en el Valle del Cauca —y cerca de 4.000 en Colombia— que cuentan con licencias para el aprovechamiento de la planta con fines medicinales y comerciales, que ven en el cannabis el nuevo “oro verde” que podría impulsar la economía del país. 

Nota: ¿Valdría la pena ampliar el espectro de legalidad, eliminar el tráfico oculto en las sombras, y salir por fin de la era del “Colombian Connection?