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Empresas colombianas cerraron 2025 con pagos inmediatos y miran a 2026
En 2025, las empresas colombianas aceleraron pagos inmediatos e interoperabilidad financiera; en 2026, el reto será consolidar eficiencia y escala.
Sábado, Diciembre 27, 2025
El 2025 marcó un punto de quiebre para las empresas colombianas. Los pagos inmediatos dejaron de ser una promesa tecnológica para convertirse en una práctica estándar que transformó el flujo de caja, la conciliación financiera y la relación entre empresas, comercios y usuarios finales. El avance sentó las bases para que 2026 sea el año de la consolidación operativa y la madurez del ecosistema.
De la tendencia a la norma: el salto de los pagos inmediatos
Durante 2025, miles de empresas migraron hacia esquemas de transferencias en tiempo real, reduciendo la dependencia del efectivo y acortando los ciclos de cobro y pago. Esta transición impactó directamente la liquidez, permitió mayor previsibilidad financiera y simplificó procesos internos que antes dependían de tiempos bancarios extendidos.
La interoperabilidad se volvió un habilitador clave: bancos, fintechs, comercios, cooperativas y pymes comenzaron a operar bajo estándares comunes, lo que redujo fricciones y fortaleció la experiencia transaccional.
BRE-B y la interoperabilidad como catalizadores
Uno de los hitos del año fue la consolidación del sistema BRE-B, que permitió acreditar transacciones en segundos sin importar la entidad financiera. Este modelo impulsó la movilidad del dinero y posicionó a Colombia entre los países con mayor adopción de pagos inmediatos en la región, de acuerdo con el balance sectorial presentado.
P2P, P2M y B2B: el impacto a lo largo de la cadena
El avance no fue homogéneo, pero sí transversal:
P2P (persona a persona): se convirtió en la forma natural de transferir dinero, aumentando la seguridad percibida y reduciendo el uso de efectivo.
P2M (persona a comercio): pequeños y grandes comercios adoptaron pagos inmediatos, mejorando su liquidez diaria y disminuyendo costos asociados a datáfonos.
B2B (empresa a empresa): fue el cambio más profundo, con pagos a proveedores y conciliaciones en tiempo real que transformaron la gestión financiera corporativa.
Billeteras digitales y eficiencia operativa
En paralelo, las billeteras digitales se consolidaron como herramientas estratégicas para empresas que buscaban diversificar medios de pago, reducir costos operativos y digitalizar su relación con clientes y proveedores. Su adopción redujo barreras de entrada a servicios financieros y amplió la participación de negocios en el ecosistema digital.
Disponibilidad y seguridad: requisitos, no diferenciales
Otro aprendizaje de 2025 fue que la estabilidad operativa dejó de ser un valor agregado para convertirse en un requisito competitivo. La alta disponibilidad de la infraestructura transaccional permitió reducir rechazos, acelerar la adopción digital y automatizar procesos críticos en sectores con altos volúmenes de operación.
En este contexto, SUMIA fue uno de los actores que respaldó la transición, con soluciones enfocadas en pagos inmediatos, conectividad multicámara y billeteras digitales, según el balance presentado.
2026: de la adopción a la madurez
Si 2025 fue el año de la transformación, 2026 será el de la consolidación. Entre los ejes que marcarán el próximo año se destacan:
Pagos inmediatos aplicados a nómina, proveedores, recaudos y suscripciones.
Mayor oferta de productos financieros SaaS listos para implementar.
Interoperabilidad más profunda y automatización financiera completa.
Nuevos casos de uso en microcréditos, transporte, cooperativas y marketplaces.
La velocidad, la seguridad y la eficiencia serán variables determinantes de la competitividad empresarial.
Una transformación que ya no tiene marcha atrás
El avance tecnológico de 2025 permitió a las empresas colombianas acceder a infraestructura moderna, rápida y segura. Lo que viene en 2026 apunta a escalar ese progreso, con más integración, más automatización y mayor resiliencia operativa.
Para los líderes empresariales, el desafío ya no es adoptar los pagos inmediatos, sino cómo aprovecharlos estratégicamente para sostener el crecimiento y la eficiencia en un entorno cada vez más digital.