Empresas: ¡Sin historia, no hay memoria!

Por: Sebastián Salamanca Paredes

Nuestra vida ha estado marcada por historias, emociones, sensaciones y experiencias. 

Muchas de ellas han logrado salir a la luz, otras se han quedado en la oscuridad y, un menor número, atrapadas en un espacio gris, que aguarda un poco de audacia para ser narradas. 

Claro, eso pasa en nuestra vida, todos los días, en los espacios públicos y privados.  Es habitual escuchar, ver o compartir una experiencia que, de forma directa o indirecta, marca un acontecimiento que vale la pena compartir: un nuevo éxito, un ascenso o, tal vez, una nueva área de trabajo que ha ganado popularidad. 

¿Qué sería del mundo sin historias? Seguramente, un espacio frío y aburrido, donde no existiera la magia que mueve a los humanos y les permite llegar a lugares inesperados. Dada su importancia en nuestra vida, encuentro la frase de Eduardo Galeano más que oportuna:  “El mundo no está hecho de átomos, está hecho de historias”.

Esas historias, de carne y hueso que nos permiten elevarnos de este mundo y crear una memoria sobre lo que somos, lo que vivimos, lo que creemos y lo que seremos. Nos permiten reflejar un sin número de cosas de forma tan fidedigna que atraviesa cualquier formato y bajo cualquier sujeto u actor. ¡Cómo olvidar las campañas que han llevado a cabo empresas como Coca Cola, McDonald 's,Nike o Adidas!  

Para refrescar la memoria, comparto una de las campañas que pasó a la historia del deporte, de la marca Nike y de las emociones que inspiraron sus productos. Sin lugar a dudas, la saga de Joga Bonito marcó un antes y un después en la creación de historias, que permitieron aumentar ventas y llegar a diferentes audiencias.

Este es un ejemplo representativo de que las historias no solamente permean el espacio privado de las personas, sino también el deportivo y el empresarial. Las historias, a lo sumo, permean nuestra existencia, independiente del horario, del contexto o de las audiencias.

 La clave en este momento de globalización consiste en crear buenas historias, de nuestros bienes y productos, que sean creativos, que logren transmitir emociones y que muevan fibras. ¿Cómo lograrlo? Partir de las vivencias personales es un primer paso. Comenzar por una anécdota, una idea, un tropiezo o una frase. Sin miedo, aunque pueda ser incómodo al comienzo, seguro generará un sin número de ideas sobre las cuales se va a desarrollar el inicio, nudo y desenlace. 

David JP Phillips, un speaker reconocido internacionalmente, llevó a cabo una presentación de este tema en TEDxStockholm en 2015 en la que precisó la importancia de contar historias y centrarse en cuatro claves: motivación, suspenso, generosidad y empatía. 

Agarre una hoja, un papel y practique…¡Seguro sus historias darán de qué hablar!