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La Inteligencia Artificial en entornos políticos ¿Una amenaza o un salto en la evolución electoral?
La inteligencia artificial día a día cobra mayor importancia en la comunicación política, partidos, en la democracia y en los procesos electorales, a través de diversas tecnologías como la biometría facial, publicidad dirigida y más.
Martes, Agosto 15, 2023
La tecnología no solo está para nosotros. Está entre nosotros y configura nuevos escenarios en el entorno político, dentro de la carrera hacia la automatización robótica de procesos (RPA).
A 76 días de las elecciones regionales en Colombia y tras las problemáticas de orden público que se han visto reflejadas en el país (y que empeoran ad portas de cada elección), la idea de integrar nuevas tecnologías en los procesos electorales para fortalecer y blindar los mecanismos de participación, incrementa.
Es así, como la Registraduría ha venido realizando pruebas piloto para que los colombianos puedan identificarse con su rostro desde dispositivos móviles e incluso, a futuro, se han planteado escenarios en donde el voto pudiese llegar a ser virtual.
Para lograr este objetivo, la Registraduría viene haciendo desarrollos importantes y realizando pruebas para lograr que la identificación de los colombianos se pueda dar a través de la biometría facial a través de diversas tecnologías, incluyendo la Inteligencia Artificial.
En esta línea, esta herramienta también ocupa un papel preponderante en las dinámicas de las campañas electorales, no solo en Colombia sino en el mundo. Esta situación nos lleva como votantes, a ser rigurosos con la validación y verificación de la información, porque, sí antes de la popularización de la IA, las fake news ocupaban la agenda, ahora, con imágenes y voces resultado de experimentos con esta tecnología, todo parece parte de la realidad.
Como ejemplo de esta mezcla entre lo real y lo que parece ser, podemos encontrar las imágenes de Donald Trump arrestado por policías en las calles de Nueva York. Una declaración del rey Felipe VI pidiendo perdón a los catalanes por no haber sido neutral ante el referéndum de independencia de 2017. Un diálogo de un candidato mexicano con Benjamin Franklin sobre la situación fronteriza entre sus países y hasta el Papa Francisco vestido con prendas Balenciaga.
Y ni hablar, del uso de herramientas como Chat GP para la creación de discursos e incluso copys para las redes sociales que son narrativas casi magistrales, ¡Toda una locura!
Todo lo anterior, es una pequeña muestra del impacto que esta tecnología generativa empieza a tener en la conversación política y que, seguramente, se incrementará en las elecciones regionales de 2023.
Como resultado de lo anterior, según HelloSafe, después de la pandemia se obtuvo que la Inteligencia artificial, ha tomado relevancia en la gestión de las comunicaciones, con especial aplicación desde el 2021. La mitad de las compañías colombianas ya utilizan estas herramientas, al igual que el 49% de las peruanas, el 41% de las argentinas y brasileñas y el 40% de las mexicanas. Es destacable que 6 de cada 10 empresas que han incorporado esta tecnología lo hayan hecho para las áreas de marketing y en este caso, para la creación de tácticas y tareas fijas en comunicación política.
Con el avance de estas tecnologías, no solo pueden obtenerse 'ayuditas' de redacción, sino que ha impactado esferas que hoy podrían conocerse como la «psicopolítica digital» a través del rastreo, control y procesamiento de enormes volúmenes de datos para anticipar el comportamiento humano, maximizar ganancias y perfeccionar la penetración de mensajes, además, de tomar decisiones basadas en datos a partir de técnicas de aprendizaje automático y análisis predictivo, pero este es otro cuento y no quiero asustarlos.
Hasta ahora, les he presentado ejemplos que impactan directamente al votante y a las dinámicas y métodos de trabajo de las campañas y de la política en sí, que tenderán a continuar profesionalizando técnicas como el microtargeting, estrategia apalancada por Cambridge Analytica y que fue duramente criticada durante la campaña de Donald Trump en 2016.
Y así, como todo lo bueno tiene su contrapeso, desde la comunicación, la esfera ética no puede titubear. El uso desproporcionado y descuidado de estas tecnologías en campos tan sociales como lo es la política (que básicamente se resume en actividades que se asocian con la toma de decisiones en grupo, u otras formas de relaciones de poder entre individuos), podría enviarnos a un extremo en el que la generación de mensajes que crean conexiones y mueven fibras emotivas propias de humanos, sean generadas por parte de máquinas a personas y no de personas a personas a personas, promoviendo el materialismo, mecanicismo y transhumanismo.
Además, no quisiera sonar fatalista, pero ¡Cuidado! En el mundo ideal, estas herramientas deberían considerarse como un apoyo y no el todo pues, no quisiera que nuestra creatividad se viera atrofiada por el afán de salir ya, publicar ya y hacerlo todo acomodados a la sociedad de la fluidez que despersonaliza, sesga y carecen de humanidad.