Las cuatro tendencias para navegar en épocas de volatilidad

En un mundo donde la regla es la incertidumbre, resulta esencial para las compañías definir un rumbo claro para los próximos años, con el objetivo de volverse más resilientes y sólidas frente a los vaivenes globales. Temas como los riesgos en la cadena de suministro global o la inseguridad climática configuran un escenario cada vez más complejo y desafiante.

En este contexto, Aon ha identificado cuatro grandes tendencias que las empresas deben atender y sobre las cuales deben centrar sus esfuerzos para crear estrategias tanto a corto como a largo plazo: el comercio, la tecnología, el clima y la fuerza laboral.

El planeta se encuentra cada vez más fragmentado, y las cadenas de abastecimiento enfrentan un estrés significativo. Un dato relevante es el constante aumento en el número de nuevas restricciones al comercio mundial: en 2023 se impusieron más de 3.000 restricciones, frente a unas 650 introducidas en 2017. El comercio se vuelve, de este modo, cada vez más complejo, con factores interconectados como la inestabilidad geopolítica, la inflación, el cambio climático, la fluctuación monetaria y la disponibilidad de fuerza laboral.

Por otra parte, las organizaciones deben abordar con urgencia el tema de la tecnología, que avanza a un ritmo sin precedentes, con innovaciones diarias relacionadas con la inteligencia artificial que desafían los límites del espacio digital tal como se conoce.

Aon presenta tendencias para el año 2025 

Aspectos como la propiedad intelectual como activo, el impacto de estos cambios en el trabajo y la exposición a nuevos riesgos son cuestiones que los líderes empresariales y sus equipos deben considerar con seriedad. De acuerdo con la Encuesta Global de Gestión de Riesgos 2023 realizada por Aon, los ciberataques ocupan el cuarto lugar en el ranking de los diez principales riesgos comerciales para las empresas colombianas y se encuentran entre las cinco amenazas más importantes a corto plazo.

El clima constituye otro tema relevante que demanda un abordaje serio por parte de las organizaciones. Según el más reciente reporte sobre Catástrofes Climáticas, las pérdidas económicas por desastres naturales alcanzaron los $258.000 millones en los primeros nueve meses del año. 

Además, la Encuesta de Gestión de Riesgos Globales previamente mencionada señala que cuatro de los diez principales riesgos en Colombia (interrupción del negocio, riesgo de precio de las materias primas/escasez de materiales, flujo de caja/riesgo de liquidez, y fallas en la cadena de suministro o distribución) están influenciados por el clima. Por ello, es fundamental que las organizaciones desarrollen estrategias de gestión de riesgos a largo plazo, utilizando herramientas que permitan realizar diagnósticos y modelos predictivos para estar preparadas ante estas situaciones con antelación.

Finalmente, el tema de la fuerza laboral global exige repensar el bienestar de los equipos en un contexto en el que, según los análisis de Aon, el 51% de los empleados afirma estar buscando un nuevo empleo, mientras que la especialización laboral se vuelve cada vez más sofisticada. La proporción de empleos altamente calificados ha aumentado un 25% en las últimas dos décadas. Atraer y retener talento en el futuro requerirá redefinir por completo la estrategia de capital humano, con un enfoque en la motivación y en la construcción de una vida laboral más sostenible, que contemple ambientes laborales positivos y genere oportunidades de crecimiento profesional y personal.

Es importante destacar que estas cuatro grandes tendencias están interconectadas, por lo que las organizaciones no deben considerarlas de forma aislada. Para afrontar la complejidad del mundo actual y desbloquear oportunidades, es necesario abordarlas con prontitud y trabajar en una hoja de ruta que permita prepararse para los próximos años. Navegar la volatilidad ya no es un desafío a futuro para las empresas, sino una realidad presente.