Amnesia
Se nos olvidó que estábamos disputando la final de un torneo continental contra los campeones del mundo y que tuvimos un torneo completo y muchos momentos del partido en los que fuimos mejores. No fue suficiente.
Martes, Julio 23, 2024
Al minuto 116, justo después de uno de los 2 errores de juego colectivo en todo el partido de la final de la Copa América que disputaba Colombia VS Argentina, Lautaro Martínez no perdona y nos hace gol, pateando y acabando así toda la ilusión que teníamos los colombianos de ganar nuevamente la Copa y por fin después de muchos años, celebrar un título internacional.
En ese momento, nos olvidamos de todo. De la celebración, de lo bien que la habíamos pasado en el último mes, de Richard Ríos y su baile, de James y su prodigioso come back, de Lorenzo y su camisa de la suerte, que hasta Arturo Calle ya la estaba promocionando en Twitter, de Camilo Vargas que por fin tuvo su momento de brillar con la selección, de la canción de Ryan Castro que nos puso a bailar y que escuchamos hasta el cansancio, de la celebración que teníamos lista en el parque de la 93, de la Maizena que más de uno ya había separado en bolsitas, de la reunión familiar con asado de domingo, de Dávinson, que criticado hace unos días en su antiguo club en Inglaterra, la dió toda y lució con gallardía y merecimiento la banda de capitán cuando James no estaba en la cancha.
Así, todo se nos olvidó.
Se nos olvidó Incluso que estábamos jugando contra la mejor selección del mundo. La actual campeona del campeonato mundial. La selección que lidera Messi, el mejor jugador de la historia. La selección de otro país que nos hizo emocionar por ganar el campeonato del mundo hace menos de dos años.
Se nos olvidó que esa misma selección hace menos de 3 años, nos había eliminado en instancias menos decisivas en esta misma copa, en unos penales que no solo nos hicieron ver pequeños, sino que además, asustados y amedrentados por un arquero que valido de artimañas poco deportivas nos supo sacar del torneo.
Se nos olvidó que hasta hace muy poco y solo con el recuerdo nostálgico del 5-0, siempre estábamos en condición de inferioridad futbolística ante los argentinos.
Se nos olvidó que estábamos disputando la final de un torneo continental contra los campeones del mundo y que tuvimos un torneo completo y muchos momentos del partido en los que fuimos mejores. No fue suficiente.
Lo más interesante es que así como nos olvidamos de todo esto, olvidamos muy facilmente las dificultades del camino de la gloria. Es más fácil y satisfactorio recordar las victorias, mas no las derrotas.
Hoy muy pocos recuerdan que esta misma selección Argentina, antes de quedar campeona de todo lo que podría, también pasó por momentos difiíciles y dejó con la celebración lista a su país en varias oportunidades.
Perdió una final de un campeonato del mundo a manos de Alemania en Brasil, su vecino archirrival futbolísticamente hablando. Uno y Dos años después consecutivamente, perdió las dos finales de Copa América que disputaron contra Chile, donde tuvimos que ver a Messi llorando y a todo sus haters felices sentados en la palabra porque no era el líder que necesitaba una selección.
Después empezaron a ganar, de la mano de un técnico que supo cómo hacerse a un lado para que brillara la estrella que necesitaba brillar. Ahí llegaron los campeonatos y con ellos las alegrías y con ellas el olvido de aquellos malos días.
Así como olvidamos tan fácil en fútbol, olvidamos fácil en cuestiones de marketing.
Muy pocos recuerdan que Coca-Cola hace muchos años como una medida desesperada por la caída en ventas, quiso cambiar el sabor de su producto con una nueva fórmula que denominó New Coke, resultando un verdadero fracaso.
Hoy tampoco recordamos ni castigamos tanto a Pepsi por hace unos pocos años haber hecho un comercial con Kendall Jenner al que no solo catalogaron de irrespetuoso, ridículo y superficial, sino que además despertó indignación por querer posar de “consciente” y alineado con los ideales y la protesta social en medio de tantas muertes injustas de minorías en los Estados Unidos y en el mundo. Lo cual resultó ofensivo para muchas víctimas de racismo y maltrato.
Seguro hoy al mirar atrás y al cielo, ya no somos tan conscientes de la “a” minúscula de Avianca, que al momento del cambio, con o sin intención, solo le justificó a sus usuarios y clientes la evidente reducción de la calidad del servicio.
Hoy muy pocos se acuerdan de cuando H&M hizo el post más racista de la historia al mostrar a un niño afro con un hoodie que decía “El mico más Cool”.
Como también es muy poco probable que alguien se fijen en las cantidades de mercurio a la hora de ir a comprar atún en lata, como muy seguramente no mirarán con desconfianza a Van Camps.
Todos estos anteriores, casos a favor de la innovación y del error. Incluso si es o no premeditado.
Justo por estos días, descubrí una plataforma digital tipo “Ted Talks” pero alrededor del error y el fracaso. Se llama “Fuckup Nights”. Son una serie de eventos a nivel global donde se comparten historias de fracasos. Personas que son capaces de sentarse frente a un público a contar las cosas que no salieron bien en sus trabajos o en sus vidas. Incluso, ofrecen experiencias corporativas para fortalecer psicológicamente y brindar seguridad a los equipos para que utilicen el fracaso como herramienta para mejorar la productividad, la satisfacción, evitar presiones que lleven a malestares físicos y psicológicos y por supuesto que el error contribuya a la innovación.
Roger Federr, el tenista suizo, hace poco en una ceremonia de graduación, reflexionaba respecto a la cantidad de puntos que ganó durante su exitosa carrera. Decía que ganó aproximadamente el 80% de los partidos que disputó, pero que tan solo ganó el 54% de los puntos totales que jugó. Es decir, ganó casi la misma cantidad de puntos que perdió. Todo esto para concluir una vez más que la perfección es imposible y que es mejor aceptar el error y la pérdida, y que es mejor pensar en el siguiente reto como una nueva oportunidad para lograr el éxito.
Será que algún día la Selección Colombia ganará un mundial?