Detrás de los likes

Pensemos entonces, en qué puede haber detrás de tantos influencers que se mueren por que les den like a lo que hacen.
Mario Suárez

Mario Suárez

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Hace poco se estrenó un documental en Netflix que exhibe la secta que hay detrás de un grupo de bailarines de TikTok.

El documental “Bailar para el diablo”, muestra la dinámica y el accionar de Robert Shinn, un pastor de iglesia que fundó su grupo religioso en los años 90’s y a partir de ahí, también empezó a crear empresas en las que empleaba a sus feligreses a quienes no solo pagaba muy mal, sino que también amedrentaba bajo el poder que según él le confería dios.

La empresa, con la que se prendieron las alarmas e inspiró el documental, fue una que creó Robert Shinn no hace mucho tiempo cuya labor era ser manager de bailarines de Tiktok, a los que no solo representaba comercialmente, sino que también les adoctrinó con su religión / secta, manipulándolos y hasta abusando de ellos.

Es bien sabido a lo largo de la historia, el poder que han tenido muchas personas para influir en la mente de otras, a tal punto de hacerlas cometer errores, locuras, crímenes y hasta suicidarse. En muchos de estos casos, no sin antes hacerse a los bienes y riquezas de estas personas, que manipuladas y con el cerebro lavado, son capaces de hacer todo lo que les pida el líder.

Ha sido ampliamente estudiado por la sociología y la psicología este tipo de sucesos, ya que no hay razones claras ni condiciones de riesgo definidas para caer en este tipo de sectas y terminar entregando gran parte de la vida y la total devoción a una idea. 

Lo que sí se conoce muy bien es la personalidad de los líderes de estas sectas, que con su carisma y el don de la palabra, logran convencer a muchas personas e incluso ponerlos en contra de sus principios y su familia, como es el caso de este documental.

Lo que más me sorprendió de este documental fue que hace unos meses, sin saberlo, le dí like a un video de una de las influencers pertenecientes a esta secta.

El video de la bailarina Miranda Derrick, en el que aparece junto con su esposo bailando una canción de Barry White me llamó la atención, le dí like y quise ver más videos de ella. Vi que tenía más de dos millones de seguidores, que casi todos los videos son bailando frente a la cámara y que muchos de estos son junto con su esposo también bailarín. Oh sorpresa al ver en este documental todo lo que había detrás de ese like que di en aquel momento.

Esto me hizo reflexionar respecto a todo lo que puede haber detrás de un “aparentemente inofensivo” video y por supuesto detrás de los likes, por los que muchos hoy son capaces de hacer cualquier cosa.

Justo en estos días en que la profesión más anhelada por los jóvenes es ser influencer, no extrañaría que hoy haya más de uno queriendo contactar a Robert Shinn, el pastor. Lo que implica que con tal de obtener likes y por lo tanto fama, muchos estarían dispuestos incluso a venderle el alma al diablo, como lo plantea el documental.

Pensemos entonces, en qué puede haber detrás de tantos influencers que se mueren por que les den like a lo que hacen. 

Por ejemplo, pensemos en cuántas situaciones de dietas ultra rigurosas, incluso peligrosas para la salud o cuántas situaciones de enfermedades mentales y desórdenes alimenticios pueden estar sufriendo muchos influencer con tal de mantener un cuerpo y una imagen que es la que ellos creen que les asegura los resultados de influencia. Cuántos comportamientos peligrosos con tal de obtener una imagen en algún lugar, cuántos situaciones incluso ilícitas detrás de lo que vemos en un perfil de redes sociales.

Pensemos también en qué puede haber detrás de los videos de niños muy pequeños que nos hacen reir. Donde ellos, inocentemente responden y reaccionan a lo que sus padres disponen para hacer reir a una audiencia que poco y nada se interesa por lo que le pase al protagonista. Pensemos en Yanfri, que lo atropelló la fama y le cambió la vida. Seguramente tuvo durante su cuarto de hora de fama un cambio dramático en su rutina. Veamos también al niño argentino que se hizo famoso por gritar que su equipo sí ganaba, que a los pocos días con ojeras y visiblemente agotado, ya ni fuerzas tenía para gritar esas palabras que lo hicieron famoso de 2 días.

¿Cuánta exigencia puede haber detrás de los niños y niñas bailarinas a los que sus padres los exhiben en redes sociales para ganar likes y así poder comprar más boletas en la lotería de la fama en internet?

Menos mal que en todos estos casos, el público olvida fácil y así como suben y son la sensación mediática más grande en cuestión de horas, al cabo de unos pocos días, terminando solo siendo parte de un recuerdo cada vez más difuso del mundo digital.

Seguramente nunca nos hemos detenido a pensar qué hay detrás de las personas a las que les dejamos un like. Qué situaciones están viviendo o qué cosas estén pasando o qué están dejando atrás para continuar con su carrera a la fama en internet. Un problema más en una cultura y una sociedad que endiosó el like y lo dotó de infinitos poderes.

¿Qué pasará entonces? ¿Se irán a pique los influencers que son promovidos por la empresa de Robert Shinn después de este documental? O por el contrario, ¿ganarán más visibilidad por lo tanto más fama, por lo tanto más números, por lo tanto más negocio?

Mientras tanto, continuaré pendiente de cuántos likes alcanza esta columna.