El emprendimiento está romantizado

Cada vez que escucho algunas de las siguientes afirmaciones en mis amigos, conocidos o personas que me rodean en el día a día, me cuestiono si en verdad entenderán lo que hay detrás de un emprendimiento o si es la misma sociedad la que se ha encargado de romantizar la situación.

“Quiero ser mi propio jefe” suena lindo. En un primer momento pensaría que esto significa no tener que rendirle cuentas a nadie, dejar de sentir la presión cuando te preguntan por un entregable, ser tú mismo el que maneja las tareas que toca hacer en el día y hasta tiene sentido.

Pero hay una gran diferencia entre la expectativa y la realidad. Al ser tu propio jefe tienes una responsabilidad aún más grande con tu equipo, más personas están ahí pendientes de tus directrices para poder ejecutar, el nivel de exigencia es mucho mayor y muchas veces ni tú mismo sabes cuáles son los entregables del día.

“Quiero manejar mi propio tiempo” podríamos cambiar esta frase por “ya no voy a tener tiempo”. Si bien es cierto que uno puede acomodar su propia agenda, también es que gracias a la misma velocidad a la que va el negocio no le permite dejar mucho tiempo libre al emprendedor. El día se resume en apagar incendios, saltar de reunión en reunión, atender al equipo y una vez sean las 5 de la tarde y se empiece a sentir la calma del mercado arranca el segundo horario en el que realmente vas a poner trabajar y planear.  

“No quiero estar detrás de un computador” esto es uno de los factores que más anhela la gente a la hora de pensar en emprender. Sin duda va a depender mucho del sector en el que se encuentre el negocio pero también estoy segura que al final del día terminas detrás de un computador. Excel seguirá siendo tu mejor amigo, pasarás largas horas investigando el mercado y es más, hasta tendrás que aprender nuevas funciones como lo puede ser el manejo de un sistema de facturación o de inventarios.

Soy fiel creyente de que no todas las personas nacieron para emprender, y eso está bien. De todas formas los emprendimientos y las empresas también necesitan de empleados para operar. Así que la próxima vez que escuches alguna de estas frases, acuérdate que seguramente la sociedad se ha encargado de romantizar el emprendimiento.