El síndrome de ‘pasadodependencia laboral’

Quienes han pasado por diferentes organizaciones y/o cargos a lo largo de su carrera, sea en una misma compañía o no, probablemente han experimentado un síndrome, al que denomino ‘síndrome del pasadodependencia laboral’.
Alejandra Parra, fundadora de Jappymind

Alejandra Parra

Fundadora de Jappymind

Esta es la historia del grupo de liderazgo de una gran compañía; y aunque no es una historia real, es la representación de aquel síndrome que enfatiza en esa constante mirada al pasado. Un síndrome que destaca la dependencia emocional de eventos pasados en el entorno laboral, sobre todo, sugerentes a aquella tendencia a glorificar los logros y lo éxitos profesionales, dejando de lado lo más importante: el ‘hoy’ y el cómo actuar hoy.

En la última reunión de líderes de áreas de la organización, en la que se abordaban temas cruciales sobre las ventas y se tomaban decisiones ante los desalentadores resultados del último trimestre, un aire oscuro y negativo invadió la sala de juntas. Al observar aquellos resultados, con cifras desalentadoras y teñidas de negatividad, todos lo que estaban reunidos se quedaron en silencio: era un silencio perturbador y un tanto agobiante.

En un acto de valentía y profundo optimismo, las palabras del director, quien llevaba ya varios años liderando la compañía, fueron una voz de aliento para el grupo: “Recuerden que siempre hemos salido adelante. Recuerden esos años gloriosos en que superábamos las metas y alcanzábamos los resultados sin esfuerzo”. Sus palabras se remontaban a aquellos recuerdos de una época dorada, en la que todo parecía ser más fácil, más sencillo y mucho más fructífero.

Si bien no todos los que estaban allí sentados sumaban años de experiencia dentro de la compañía, los recuerdos de los días dorados (de cada uno), abría de nuevo la conversación en esa sala de juntas, destacando la estabilidad y el crecimiento indudable que caracterizaron años anteriores. La reunión se convertía en un escenario en el que, entre recuerdos, risas, comentarios y elogios de aquellos tiempos pasados, cada líder traía consigo relatos grandiosos, casi desde el heroísmo poético sacado de la Odisea, para recordar ese pasado memorable y casi perfecto. Un recuerdo que estaba nublando la realidad actual.

Cada líder buscaba destacar por los triunfos pasados que habían cosechado en innumerables empresas y cargos anteriores. El "cuando yo logré hacer" resonaba como un mantra colectivo que alejaba cada vez más el foco de la reunión. El espacio diseñado para enfrentar el presente y planificar el futuro, se convertía así en un ejercicio de egos inflados, donde el ‘ahora’ quedaba relegado a un segundo plano. La paradoja era evidente: mientras más se glorificaba el pasado, más se desdibujaba el presente y se postergaba la acción crucial que demandaba el entorno empresarial actual.

Con el eco de las memorias aún resonando en la sala, los líderes se enfrentaron a una elección crucial: ¿seguirían anclados en la melancolía del pasado o, en cambio, se aventurarían a emplear las lecciones aprendidas como faros para la toma de decisiones hoy, más allá de los egos y las ínfulas de superhéroes corporativos?

La historia tejida entre nostalgias y glorias pasadas revela una verdad inmutable: el pasado es un maestro que nos susurra sus enseñanzas, más no una prisión de egos y recuerdos nostálgicos que indudablemente ya carecen de valor.

La realidad es que el mayor obstáculo del liderazgo de hoy es el apego al pasado. Mientras algunos líderes optan por cargar las mochilas del pasado, recordando constantemente los viejos logros, las memorias de lo que era antes la organización y comparando el antes y el hoy sin fundamentos y lógica constructiva; otros han logrado reconocer la importancia de liberarse de esos apegos emocionales para construir un presente más conectado con el propósito y las acciones del ahora.

Y esto no se trata de desconocer el recorrido y cada paso que se ha dado; se trata, por el contrario, de entender que lo único que es real, tangible y accionable es el hoy; el momento presente en que se puede tomar una decisión y actuar. Como lo mencionan en una reconocida y muy famosa película de dibujos animados, que será siempre un referente para la mentalidad del cambio (Kung Fu Panda): "El pasado es historia, el futuro es un misterio, pero hoy es un regalo. Por eso se llama 'presente'."

Así pues, para liberarse del síndrome de pasadodependencia laboral, es crucial promover una cultura organizacional que fomente la adaptabilidad al cambio y la consciencia del momento presente. Esto implica cambiar la mentalidad arraigada en el pasado y cultivar una perspectiva que valore la innovación, la creatividad y la evolución constante. Proporcionar nuevas experiencias y alentar la toma de riesgos calculados son pasos esenciales para transformar la mentalidad y eliminar las ataduras frente a las viejas glorias.

Romper las cadenas de la pasadodependencia laboral no solo libera el potencial del presente, sino que también forja un camino hacia un futuro donde la innovación, la adaptabilidad y la acción consciente son las fuerzas impulsoras hacia los resultados deseados. Esta es una invitación a vivir y actuar en el hoy, aprendiendo de las lecciones del pasado, pero con el enfoque centrado en el presente, con el propósito de construir un mañana más sólido y prometedor, sin la carga de la nostalgia que pueda limitar y cegar el panorama actual.

Cabe entonces preguntarse, ¿Será la consciencia del “momento presente” una habilidad necesaria, sino obligatoria, para los líderes de hoy?