Información

“La era de la información”, como denominaron a estos tiempos, ha representado un avance sin precedentes en la humanidad, como también -sin quererlo- debido a su exceso, nos abrumó tanto que ahora pareciéramos estar a la deriva en un mar de información en el que ni siquiera podemos bañarnos.

Diariamente se generan billones de bites de información y cada día con el aumento del uso de los dispositivos digitales y la facilidad para crear contenido, ese número va en aumento.  Ahora pensemos en el empujón que da la inteligencia artificial a este número, que permite crear más y más información rápidamente con altísimos niveles de calidad y producción.

Según la BBC, una señora de 91 años alcanzó a leer algo más de 25.000 libros en toda su vida y ostenta el record de mayor cantidad de libros leídos. Seguro no alcanzó a leer ni el 1 % de todo lo que está escrito en este mundo, ahora imaginemos esto trasladado a los contenidos de video y audio que día a día se multiplican gracias a las redes sociales.

Por esta razón, pensar en que cada vez debemos prepararnos más y preocuparnos para consumir y almacenar información de cualquier tipo, termina siendo obsoleto. Llenarnos de más y más información cuando existe afuera, no tiene sentido. Esta es la razón por la que cada vez es menos importante que memoricemos nueva información, pues ella va a estar ahí almacenada en algún lugar de “la nube” o en discos duros o en servidores, pero no en nuestro cerebro.

Es por esto que debemos replantearnos muchos de los paradigmas del conocimiento y la información, donde se debería tener un listado claro de lo que realmente debemos aprender, entender y memorizar para poder ejecutar diferentes tipos de tareas dependiendo del campo en el que nos desempeñemos sin tener que recurrir siempre y únicamente a la memoria.

Es ridículo ver que en estos días en los que la información abunda y está ahí a disposición de todos, todavía muchos estudiantes gasten gran parte de su tiempo acumulando más información, en lugar de estar creando conocimiento apoyados en las herramientas que hoy nos brinda la tecnología. Es lo que nos mostraba “Interestellar”, la película de Christopher Nolan, donde cada uno de los astronautas andaba con un robot que caminaba, hablaba y además ejecutaba todas las tareas “operativas” que se requirieran, por ejemplo observar la velocidad a la que estaba girando una nave espacial y así calcular el ángulo preciso y la velocidad a la que debían girar también para poderse acoplar, todo esto en cuestión de segundos sino perdían su única posibilidad de sobrevivir, algo que a un ser humano ultra capacitado le tomaría unos buenos meses de trabajo.

El punto es que no cualquiera hubiera sabido qué pedirle al robot y qué calcular exactamente. Ahí reside lo que realmente es el conocimiento y en lo que deberíamos enfocarrnos.

De igual manera, esto plantea un reto interesante en términos de la inteligencia y la capacidad para resolver problemas, pues ya no será necesario “saber” con exactitud muchas cosas para resolver asuntos específicos.

Mientras la Inteligencia Artificial siga evolucionando cada vez más será menos indispensable acumular más y más información, por lo tanto nuestra memoria interna se limitará a la información necesaria para activar cierto tipo de tecnología que resuelva problemas con más facilidad y rapidez, tal cual como en la película.

Desde ya, deberíamos tener un listado de elementos clave que la IA puede resolver más eficientemente que nosotros, debemos aprender a escribir unos buenos prompts y a saber cómo activar herramientas de Inteligencia Artificial, entrenarnos en eso y tener la humildad suficiente para aceptar que no somos muy buenos haciendo muchas cosas. Incluso, dejarnos ayudar en aspectos que antes no contemplábamos, por ejemplo responder correos, no solo para copiar y pegar sino para tener una segunda opinión sobre cómo escribir mejor.

Por todo esto: ¿Será que entonces aquel titular de hace unos años que decía que la generación Z es la primera que es menos inteligente que sus padres, sugiriendo que todo lo que ocurre y hacen los GenZers los ha hecho más brutos, no es tan cierto?

¿Será esta la evolución de la humanidad?

¿Será necesario que aún sigan enseñando las tablas de multiplicar en educación primaria?

¿Llegará un punto en el que nos daremos cuenta de que todo lo que hacemos en nuestro trabajo, lo hace mejor la IA? Creo que si la respuesta a esta pregunta es sí, es hora de revisarnos como humanos y tratar de pensar e imaginar cuál será el futuro, nuestro futuro.

Y por último, ¿será que este mismo artículo lo escribiría mejor y más rápido una IA?