Liderazgo prescindible

La esencia del liderazgo prescindible: formar equipos autosuficientes que continúen el legado sin su líder.
Santiago Bonivento

Santiago Bonivento

Abogado y profesor en la Pontificia Universidad Javeriana

Ríos de tinta se han escrito sobre liderazgo. Sobre sus características y atributos; sobre su definición; sobre qué hace (y qué no hace) un líder. En fin, ha sido un concepto ampliamente estudiado por académicos, escritores y consultores. 

A lo largo de mis casi seis años inmerso en el mercado laboral, he podido detectar, de manera tranquila y cada vez más acuciosa, personas que lleven, en sí, el ser líderes o lideresas. No hay que conocerles mucho para detectarlo y, por el contrario, suelen impactar, precisamente, por eso mismo. Al final, el liderar parte de ser el ejemplo que se irradia sin necesidad de muchas palabras. Un gesto, una acción pequeña o un consejo suelen ser detectores sencillos de dicha característica en determinada persona. 

Ahora bien, la pregunta que frecuentemente ha estado rondando por mi cabeza en los últimos años gira en torno a cuándo el líder puede ser prescindible. En otras palabras, todo empieza y todo termina. La terminación, en sí, suele no ser fácil y, menos aún, cuando se trata de un líder que permee a una organización. ¿Existe, así, el concepto de prescindibilidad en el liderazgo?

Sin ser erudito en el tema, ni pretender llegar a serlo, la prescindibilidad en el líder suele ser, al final, su gran carta de presentación, así suene algo contradictorio. Muchos me cuestionarán: ¿para qué irse si es el líder del equipo? Razones habrá - a veces - de sobra. Pero, sobre todo, hay una que me llama poderosamente la atención y hace que todo cobre sentido: por la misma creación de equipo que el líder, de manera natural, teje durante su quehacer. El líder, así, puede prescindir tranquilo - y con la sensación del deber cumplido - cuando sus pupilos son capaces de llevar la batuta, irradiando todas las nociones y aprendizajes que este ha transmitido.

El liderazgo prescindible debería ser, al final, cada vez más común. Es, así, su misma razón de ser. El deber cumplido está llamado a dejar fluir para la llegada de nuevos liderazgos que emulen aquel transmitido por ese líder inicial. Es el camino natural del ciclo de vida. Es, por último, lo que todo líder está llamado a buscar: la trascendencia.