Resiliencia de datos: La llave maestra para la competitividad organizacional

Proteger los datos no basta: la resiliencia es ahora una ventaja competitiva que permite operar y crecer sin interrupciones.

Daniel Scarafia

Vicepresidente para América Latina Hitachi Vantara

En la era digital, las organizaciones dependen más que nunca de la capacidad de sus sistemas y plataformas para resistir y recuperarse de interrupciones. Por lo tanto, la resiliencia de datos no es sólo un componente de la ciberseguridad o de la infraestructura de TI, sino que se convierte en un pilar fundamental para la continuidad operativa y la supervivencia a corto, mediano y largo plazo.

No cabe duda de que los datos son activos valiosos, así que perderlos o sufrir tiempos de inactividad prolongados ya no es una opción para las empresas que buscan mantenerse competitivas.

Pero construir resiliencia de datos significa más que establecer procesos de respaldo. Implica integrar una estrategia robusta y flexible que permita a las empresas responder ágilmente ante incidentes, desde fallos técnicos hasta desastres naturales.

Si bien el respaldo y la alta disponibilidad son cruciales, la resiliencia de datos debe integrarse dentro de un plan de recuperación ante desastres que contemple diversos escenarios de riesgo, en los que las pruebas de recuperación periódicas son esenciales. Esto no sólo optimiza los tiempos de respuesta, sino que asegura que los sistemas estén realmente preparados para situaciones de emergencia.

Junto con esto, las estrategias de ciberseguridad avanzadas, como el cifrado de datos y la detección proactiva de intrusiones, protegen la integridad de la información, evitando que ésta sea corrompida o inaccesible.

Asimismo, la automatización se convierte en una herramienta clave para la resiliencia de datos. Con sistemas automatizados, las organizaciones pueden responder rápidamente a amenazas, fallas o cambios en el entorno operativo, permitiendo detectar anomalías en tiempo real y activar protocolos de recuperación, garantizando una respuesta rápida y minimizando los tiempos de inactividad.

La resiliencia de datos como elemento de valor competitivo

En entornos altamente cambiantes y dinámicos, la resiliencia de datos aporta valor competitivo. Las empresas que aseguran la continuidad operativa y la seguridad de sus datos no sólo protegen sus operaciones, sino que fortalecen su reputación y construyen relaciones de confianza con sus clientes, proveedores y socios comerciales. Así, en un mercado donde la agilidad y la capacidad de respuesta son cada vez más valoradas, la resiliencia de datos permite que las organizaciones mantengan su posición y avancen en su transformación digital sin obstáculos que puedan frenar su crecimiento.

Por esto, una estrategia de resiliencia de datos no sólo se adopta con un enfoque preventivo, sino que se convierte en un habilitador de crecimiento y de innovación.

La resiliencia de datos no es sólo tecnología, es cultura organizacional

Para implementar una infraestructura de datos resiliente, debemos considerar que el proceso implica un esfuerzo continuo de colaboración entre múltiples áreas, desde TI hasta la gestión de riesgos y el liderazgo ejecutivo. Esto porque la resiliencia de datos no es sólo tecnología, es cultura organizacional.

Sin embargo, un estudio del Enterprise Strategy Group (ESG) reveló que sólo el 15% de las organizaciones se encuentran preparadas de forma adecuada para resistir un ataque de ransomware. Sabiendo esto, las empresas que entiendan la importancia de proteger y gestionar sus datos de manera proactiva, estarán mejor preparadas para enfrentar las complejidades de un entorno cambiante.

Tal como nos orienta la guía MIT Technology Review, “La resiliencia cibernética fusiona la seguridad y la protección de datos”, con una estrategia de resiliencia de datos definida, las organizaciones pueden asegurar que, independientemente de los desafíos que surjan, sus datos estarán siempre protegidos y listos para respaldar las operaciones y el crecimiento.

Resulta clave acompañar a las organizaciones en esta transformación, apoyándolas en la construcción de una infraestructura de datos sólida y preparada para seguir operativa, ante cualquier eventualidad.