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Riesgos financieros pondrán a prueba a la banca colombiana en 2026

Fraude digital, riesgos tecnológicos y presión regulatoria configuran uno de los escenarios financieros más complejos para la banca colombiana en 2026.
Lunes, Diciembre 29, 2025

Colombia se encamina hacia uno de los años más exigentes en gestión de riesgos financieros, en un contexto marcado por el avance del fraude digital, la complejidad tecnológica, mayores exigencias regulatorias y señales tempranas de estrés en algunos segmentos del sistema financiero. Así lo advierte un análisis sectorial presentado por SAS, que identifica 2026 como un punto crítico para la banca y las entidades financieras del país.

De acuerdo con el informe, los riesgos ya no operan de forma aislada: se superponen, evolucionan con rapidez y exigen capacidades analíticas más sofisticadas para anticiparse a eventos que pueden afectar tanto la estabilidad financiera como la confianza de los usuarios.

Fraude digital: un riesgo estructural y cotidiano

Uno de los focos principales es el fraude digital, que dejó de ser un evento excepcional para convertirse en un riesgo estructural del sistema financiero. Según cifras citadas en el análisis de SAS, durante 2025 se registró un aumento sostenido de reclamaciones asociadas a transacciones fraudulentas en canales digitales, impulsadas por esquemas de suplantación, ingeniería social y uso indebido de datos.

Información de Asobancaria señala que solo en el primer semestre de 2025 se reportaron más de 218.000 reclamaciones por fraude, mientras que estudios de percepción indican que la mayoría de los colombianos considera este riesgo como frecuente o muy frecuente.

Un elemento crítico es el alto subregistro: una proporción significativa de las víctimas no denuncia los hechos, lo que dificulta dimensionar el impacto real y diseñar mecanismos de contención más efectivos.

Riesgo crediticio y señales tempranas de deterioro

El informe de SAS también advierte sobre cambios en los patrones de riesgo crediticio, especialmente en un entorno donde hogares y empresas enfrentan presiones por inflación, tasas de interés y menor crecimiento económico.

Detectar el deterioro cuando el incumplimiento ya ocurrió resulta cada vez más costoso, por lo que las entidades financieras enfrentan el reto de identificar señales tempranas de riesgo antes de que se materialicen pérdidas significativas.

En este contexto, los modelos tradicionales basados únicamente en reglas fijas o en datos históricos resultan insuficientes, frente a un entorno donde el comportamiento del cliente cambia con mayor velocidad.

Analítica avanzada: de reaccionar tarde a anticiparse

De acuerdo con SAS, la analítica avanzada y el uso estratégico de inteligencia artificial se consolidan como herramientas clave para que las entidades financieras pasen de modelos reactivos a esquemas predictivos de gestión del riesgo.

Entre los beneficios destacados se encuentran:

  • Identificación temprana de anomalías y comportamientos atípicos

  • Reducción de falsos positivos, optimizando recursos operativos

  • Mejor evaluación del riesgo real del cliente, ajustando decisiones de crédito

  • Automatización de procesos regulatorios, en un entorno normativo cada vez más exigente

Este enfoque permite convertir el riesgo en un elemento gestionable y anticipable, en lugar de una amenaza constante.

IA generativa y gobernanza del riesgo

El análisis de SAS también destaca el papel emergente de la inteligencia artificial generativa en la gestión del riesgo financiero. Estas capacidades permiten simular escenarios complejos, realizar pruebas de estrés más dinámicas, procesar grandes volúmenes de información regulatoria y apoyar a los equipos de riesgo en la toma de decisiones.

No obstante, el documento subraya que la adopción de IA en entornos altamente regulados debe ir acompañada de modelos explicables, auditables y con marcos claros de gobernanza, para garantizar cumplimiento normativo y confianza en los resultados.

Mayor presión regulatoria y complejidad operativa

A los riesgos tecnológicos y de fraude se suma un entorno regulatorio más exigente, que obliga a las entidades a fortalecer sus modelos de cumplimiento en frentes como:

  • IFRS 9 y estimación de pérdida esperada

  • Gestión del riesgo de tasas de interés (IRRBB)

  • Solvencia y capital regulatorio

  • Transparencia y trazabilidad de modelos analíticos

Todo esto incrementa la complejidad operativa y refuerza la necesidad de plataformas integradas de gestión de riesgo.

Un factor estratégico para la banca colombiana

Para 2026, la gestión del riesgo dejará de ser solo un requisito regulatorio para convertirse en un factor estratégico y competitivo. Las entidades que logren anticiparse a eventos, responder con precisión y mantener agilidad operativa estarán mejor posicionadas en un sistema financiero cada vez más presionado.

El análisis de SAS concluye que Colombia cuenta con una base sólida de digitalización financiera, pero el reto estará en elevar la madurez analítica del sistema para enfrentar un entorno donde los riesgos crecen en volumen, velocidad y sofisticación.