Declaración de renta: evite deudas con una buena planificación

La declaración de renta no es solo una obligación tributaria; también es un momento decisivo para evaluar la salud financiera personal. En Colombia, la DIAN busca recaudar más de 40 billones de pesos este año, y un error o retraso puede implicar sanciones, intereses y un impacto prolongado en el presupuesto familiar.

Según expertos de Bravo, plataforma especializada en salir de deudas y educación financiera, la principal causa de sobrecostos es la falta de anticipación. “Muchos colombianos esperan hasta el último momento para reunir el dinero de su impuesto y terminan financiándolo con tarjetas de crédito o préstamos de alto costo, generando un efecto bola de nieve”, explican.

Tres pasos clave para evitar deudas

Bravo recomienda:

1. Estimar la obligación con anticipación: calcular un monto aproximado con base en ingresos, deducciones y pagos anteriores.

2. Crear un fondo exclusivo para impuestos: destinar mes a mes un porcentaje de ingresos para este fin.

3. Evitar deuda costosa: recurrir a opciones de pago a plazos con la DIAN antes que a créditos rotativos o tarjetas con intereses que superan el 30 % anual.

Las consecuencias de no declarar a tiempo

No declarar antes del 24 de octubre puede acarrear sanciones del 5 % mensual sobre el total del impuesto, hasta un máximo del 100 %, con una multa mínima de $498.000. 

Además, si el pago no se realiza el mismo día en que el sistema lo indica, se suma un recargo inicial del 10 %, que aumenta mensualmente hasta llegar al 200 %.

Aprovechar deducciones de forma responsable

Entre los gastos deducibles se encuentran salud, manutención de dependientes e intereses por créditos, con un tope del 40 % de los ingresos reportados. Sin embargo, “es fundamental contar con la documentación que respalde la información, pues de lo contrario las deducciones podrían ser rechazadas”, advierten desde Bravo.

La recomendación final de los expertos es clara: pagar impuestos no debe convertirse en un problema de deudas. Una buena planificación tributaria protege la estabilidad financiera y asegura el cumplimiento sin estrés ni sobrecostos.