Día de la madre: La equidad no es solo un asunto de género

Por: Diana Osío Valencia. 

Tradicionalmente y por muchos años, el rol de la mujer y más específicamente, el de las madres, ha estado encasillado en las labores del hogar y crianza. Sin embargo, cada vez se hace más claro que las madres han decidido dejar estos paradigmas a un lado para demostrar que son capaces de cumplir con diferentes roles a nivel personal y profesional según sus aspiraciones. 

Pero ¿Realmente se está fomentando que las madres tengan cada vez más participación en la sociedad y, más aún, en el mundo laboral? En mi experiencia profesional de 8 años, la mitad de este tiempo he sido la mamá de Jacobo (mi mejor título y mayor orgullo), y creo que la respuesta a esta pregunta es clara: las mujeres que somos madres sí tenemos más desafíos para romper el techo de cristal profesionalmente. 

Al remitirnos a las cifras de participación laboral, si bien se ha visto un mejor índice de empleabilidad para las mujeres en el país durante los últimos años, al hacer un énfasis en el panorama de las mamás éste no es tan alentador. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Colombia la tasa de ingresos de las madres está 6,5 puntos porcentuales por debajo de las mujeres que no tienen hijos. Además, según esta misma fuente, la participación laboral de las madres es de 55%; mientras que para quienes no tienen hijos es de 62,1%.

Lo anterior, deja ver que, aunque desde el ámbito jurídico se han hecho avances para fomentar los derechos de las madres los primeros meses de vida de sus hijos, la dificultad comienza luego de esto, pues cuando ya tenemos el apellido “Mamá”, cuesta ganar terreno en el ámbito laboral. 

De igual forma, esto constituye un llamado al sector empresarial y productivo, a entender la equidad no sólo como un factor de género, sino como la generación de oportunidades laborales para todos por igual, incluso para personas de un mismo género, pero con entornos de vida diferentes. 

Hace unos años me parecía extraño escuchar la frase “ser mamá me cambió la vida”, pero una vez entré en este mundo, lo entendí. La vida sí cambia (bastante), y la sociedad debería estar preparada para entender esos cambios y acompañar a las madres (y a los padres) en ese proceso, no para apartarlos.

Las madres son capaces de desarrollar y/o potencializar habilidades físicas, mentales y emocionales, que antes no tenían, por lo que espero que cada vez más, las organizaciones sean capaces de entender esto para ver su perfil de forma integral, y no como un impedimento o una condición, pues finalmente quienes nos dedicamos a la labor de crianza somos los encargados de formar a la generación que construirá país (y mundo) en el futuro, y por eso deberíamos ser reconocidos. 

La mejor forma de celebrar a las mamás en su día es impulsando iniciativas que realmente entiendan su contexto de vida no solo como madre, también como profesional y persona con habilidades y cualidades que pueden sumar y no restar.

¡Feliz día a todas las madres, guerreras y trabajadoras!