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El 46% de las empresas en Colombia ya usa IA para análisis de datos
La IA avanza como columna vertebral de las organizaciones en Colombia, transformando culturas, compensación y vínculos humanos con el talento.
Miércoles, Mayo 14, 2025
Colombia vive una transformación profunda en el mundo del trabajo, donde la inteligencia artificial (IA) se convierte en infraestructura estratégica y las empresas replantean su cultura organizacional para atraer y fidelizar talento. Así lo revela Mercer en el marco del foro Metanoia 2025, que presentó cifras clave y una nueva hoja de ruta para integrar tecnología, propósito y humanidad.
El estudio destaca que el 46% de las organizaciones en Colombia ya usa IA para análisis de datos, el 43% la emplea para decisiones estratégicas y el 40% la utiliza como motor de innovación en productos y servicios. Pero más allá de la eficiencia operativa, el mayor reto está en reconfigurar las relaciones entre personas, tecnología y propósito.
"Estamos viviendo el rediseño más profundo del talento humano y la cultura organizacional en décadas", afirmó Adriana González, presidente de Mercer Colombia, Centroamérica y Caribe. "La IA se posiciona como el nuevo ADN de las organizaciones, pero su verdadero valor dependerá de cómo se integre con la cultura, la compensación y el sentido de pertenencia."
IA: de tecnología táctica a cultura organizacional
La IA ya no es un accesorio. Hoy impacta la planificación financiera, el bienestar del empleado y los procesos de toma de decisiones. Pero su implementación exige transformaciones culturales profundas. El 75% de las empresas reconoce que existe una brecha entre la cultura que promueven y la que realmente se vive.
La IA puede actuar como catalizador del cambio: mejora la escucha organizacional, alinea la visión con la práctica y permite diseñar experiencias de trabajo más adaptativas, ágiles y centradas en lo humano. Pero requiere un enfoque ético y consciente, donde la tecnología esté al servicio de las personas, y no al revés.
Compensación adaptativa: más allá del salario
La forma en que se remunera a los colaboradores también está cambiando. Hoy se impone la compensación basada en habilidades, desempeño y necesidades individuales. Sin embargo, persisten desafíos culturales y estructurales:
Solo el 12% de los líderes se siente cómodo hablando de equidad salarial.
Apenas el 39% de las empresas usa IA para decisiones de remuneración, pese a su potencial para reducir sesgos.
El 92% de los líderes está migrando a esquemas basados en habilidades, y el 41% revisa la coherencia entre esfuerzo y pago.
La IA permite crear esquemas personalizados, dinámicos y transparentes, que fortalecen la confianza, hoy uno de los activos organizacionales más difíciles de construir.
Intangibles humanos, el diferencial irremplazable
A pesar del avance tecnológico, hay factores que ningún algoritmo puede sustituir: propósito, autenticidad, bienestar y pertenencia. Estos intangibles emocionales definen hoy la motivación del talento.
El informe de Mercer señala que:
El 46% de los empleados prefiere bienestar integral antes que un aumento salarial, pero solo el 14,6% de las empresas tiene un plan estructurado en este aspecto.
La diversidad, inclusión y apoyo a cuidadores sigue siendo una deuda: solo el 4% de las organizaciones lo ofrece.
El sentido de propósito y la coherencia entre lo que la empresa dice y hace son factores clave para construir lealtad.
La IA puede anticipar necesidades, personalizar experiencias y medir clima organizacional, pero los vínculos humanos —como la confianza o el reconocimiento— siguen siendo el diferencial competitivo más importante.
El nuevo contrato del talento: visión, datos y humanidad
Para Mercer, la transformación no consiste en adoptar tecnología por moda, sino en construir una nueva narrativa del trabajo: innovadora, equitativa y profundamente humana. La IA no reemplaza a las personas, pero sí puede empoderarlas si se integra con propósito.
"Las empresas que entiendan este nuevo contrato del talento serán las que lideren el futuro del trabajo. Porque la tecnología puede hacer mucho, pero el propósito es lo que da dirección", concluyó González.