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Energía solar lleva agua, educación y progreso a comunidades apartadas
Más de 75.000 niños y 14.000 familias en zonas rurales acceden hoy a educación, agua y energía limpia gracias a proyectos solares desarrollados en Colombia.
Viernes, Octubre 31, 2025
En Colombia, cerca de 8,4 millones de personas viven en pobreza energética, es decir, sin acceso estable a electricidad o combustibles modernos, según el Índice Multidimensional de Pobreza Energética (IMPE).
Ante esta realidad, las energías renovables se consolidan como un motor de transformación social, especialmente en las zonas no interconectadas del país. Colombia ya supera los 3 gigavatios de capacidad instalada en proyectos de energía renovable, en su mayoría solar, con una inversión superior a US$2.500 millones y más de 22.000 empleos directos generados.
SunColombia impulsa soluciones para cerrar brechas
Entre las iniciativas más destacadas se encuentran los proyectos desarrollados por SunColombia (filial de SunCompany), que han llevado energía, conectividad y acceso a servicios básicos a regiones históricamente excluidas como La Guajira, Amazonas, Chocó, Guainía, Bolívar y Vichada.
“El acceso a energía limpia es el primer paso, pero lo transformador es cuando esa energía permite aprender, progresar y conectarse con el mundo”, explica John López, gerente general de SunColombia.
El modelo combina innovación tecnológica con alianzas público-privadas, permitiendo que empresas, fundaciones y gobiernos locales cofinancien proyectos de educación, agua y energía limpia para comunidades apartadas.
Aulas solares interactivas: educación y conectividad
Hasta la fecha, SunColombia ha instalado más de 156 Aulas Solares Interactivas en territorios rurales y comunidades indígenas.
Más de 75.000 estudiantes y 1.230 docentes hoy tienen acceso a educación digital, contenidos interactivos y conectividad, incluso en regiones sin internet.
Estas aulas están equipadas con pantallas táctiles, tabletas, kits de realidad virtual y repositorios digitales offline, lo que ha mejorado la calidad educativa en un 82 %, según encuestas docentes.
La energía solar se convierte así en una herramienta de inclusión digital y equidad educativa.
Potabilizadoras solares: agua limpia y liderazgo comunitario
Otro frente clave es el acceso al agua potable. Las potabilizadoras solares producen entre 21.000 y 40.000 litros diarios de agua limpia en regiones como Amazonas, Putumayo, Atlántico, Chocó y La Guajira, beneficiando a más de 14.000 personas.
Cada sistema funciona con infraestructura modular, autosostenible y un fondo comunitario de mantenimiento. Además, incluyen formación en liderazgo femenino y valores comunitarios, fortaleciendo la gobernanza local y el rol de las mujeres como gestoras del cambio social.
Energización rural: equidad energética para el desarrollo
Más de 12.600 soluciones solares híbridas, entre sistemas individuales y microredes, ya han sido instaladas en zonas no interconectadas, permitiendo electricidad estable, conexión a internet y nuevas oportunidades económicas.
Estas iniciativas integran capacitación en sostenibilidad, justicia climática y gestión energética, empoderando a comunidades indígenas y rurales. “Estamos demostrando que la energía limpia no solo ilumina hogares, sino también el futuro de las personas”, añade López.
Inversión con impacto: sostenibilidad y competitividad
El impulso a proyectos solares en territorios apartados no solo transforma comunidades, sino que abre una oportunidad para las empresas interesadas en combinar rentabilidad con impacto social.
Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), cada dólar invertido en energías limpias genera tres veces más empleo que los combustibles fósiles, además de reducir significativamente la huella de carbono.
En Colombia, la Ley 1715 ofrece incentivos como deducciones de hasta el 50 % en renta y exenciones de IVA y aranceles para equipos renovables, lo que hace viable el financiamiento de proyectos con impacto ambiental y social positivo.
La energía que conecta vidas y oportunidades
La combinación de tecnología solar, educación y alianzas sostenibles está transformando comunidades rurales y reduciendo la brecha social en Colombia.
El acceso a la energía es el punto de partida para la equidad, la inclusión digital y el desarrollo humano.
Proyectos como los de SunColombia demuestran que la transición energética también puede ser una estrategia de inclusión social, capaz de iluminar no solo hogares, sino también nuevas oportunidades para miles de familias colombianas.