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La inferencia de IA redefine el futuro de la inteligencia artificial

La inferencia marca una nueva era en la inteligencia artificial, donde la velocidad, eficiencia y escalabilidad determinan el impacto real de la tecnología.
Martes, Noviembre 4, 2025

La inteligencia artificial ya no es una promesa del futuro, sino una herramienta que está transformando industrias, acelerando decisiones y potenciando capacidades humanas. Sin embargo, dentro de esta revolución tecnológica, hay una fase decisiva que define su impacto real: la inferencia.

Mientras el entrenamiento de modelos ha acaparado la atención por su complejidad y demanda de datos, la inferencia es el momento en el que la IA entra en acción, aplicando los modelos para resolver problemas concretos, desde detectar fraudes financieros hasta interpretar imágenes médicas o automatizar procesos industriales.

“En esta fase, la eficiencia, la velocidad y la escalabilidad se vuelven tan importantes como la precisión. No se trata solo de la complejidad del modelo, sino de la rapidez con la que puede adaptarse a diferentes contextos”, explicó Nicolás Cánovas, Gerente General de AMD para América Latina.

El poder de la inferencia: cuando la IA se vuelve acción

La inferencia es el punto donde la inteligencia artificial pasa del laboratorio a la realidad. Requiere arquitecturas abiertas, procesamiento de alto rendimiento y una infraestructura que permita desplegar modelos desde el edge hasta la nube.

“En AMD llevamos años desarrollando soluciones para este desafío: procesadores de alto rendimiento, aceleradores optimizados para IA y plataformas que integran todo el ecosistema”, añadió Cánovas.

Esta visión posiciona a la inferencia como el nuevo eje estratégico de la inteligencia artificial: el campo de batalla donde se mide la eficacia real de los modelos y la capacidad de las organizaciones para convertir datos en decisiones inmediatas.

Innovación tecnológica con sello de eficiencia

AMD ha demostrado que la inferencia puede escalar sin sacrificar precisión ni costos operativos. Con innovaciones como FP4 en los aceleradores AMD Instinct™ MI355X y tecnologías como PARD y AMD PACE integradas en las CPU AMD EPYC™, la compañía logra reducir latencias, mejorar la eficiencia energética y multiplicar el rendimiento de los modelos basados en Transformer.

Estas capacidades permiten que la inferencia se ejecute en infraestructuras heterogéneas, adaptándose a las condiciones de cada región y organización.

“En América Latina, esta capacidad de escalar la inteligencia artificial de manera eficiente y realista es revolucionaria. Disponer de soluciones que se adapten a las necesidades locales permite una adopción más ágil y sostenible”, destacó Cánovas.

La inferencia como ventaja competitiva

Más allá de su componente técnico, la inferencia se ha convertido en un eje estratégico para empresas, gobiernos y centros de innovación. Su adopción no solo mejora el rendimiento operativo, sino que define la competitividad de las organizaciones en la nueva economía digital.

Entender la inferencia como motor de eficiencia permitirá diseñar políticas tecnológicas más sólidas, optimizar inversiones y acelerar la toma de decisiones basadas en datos.

“La inferencia ya no es el eslabón perdido en el ecosistema de la IA: es el corazón del impacto real. En AMD, no solo vemos ese cambio, lo estamos liderando”, concluyó Cánovas.

Del entrenamiento a la transformación

La transformación ya está en marcha. Si el entrenamiento prepara los modelos, la inferencia los pone en movimiento, conectando la innovación con el mundo real.

Las organizaciones que adopten esta tecnología como una ventaja estratégica serán las que definan la próxima década de la inteligencia artificial.

El futuro de la IA no se mide por los modelos que entrenamos, sino por los que logramos ejecutar con impacto.

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