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Labubu: del juguete viral al fenómeno cultural global y su eco en Colombia

El muñeco Labubu se convierte en símbolo de cultura pop global. En Colombia empieza a despertar interés entre coleccionistas y marcas emergentes.
Martes, Septiembre 30, 2025

En los últimos años, un peluche con sonrisa traviesa, orejas puntiagudas y estética “cute-creepy” ha irrumpido con fuerza en el ecosistema del coleccionismo y la cultura pop: Labubu. Lo que comenzó como un experimento artístico ha escalado hasta convertirse en un discurso simbólico, fenómeno comercial y objeto de deseo digital y físico en múltiples mercados.

Diseñado en 2015 por el ilustrador hongkonés Kasing Lung, Labubu formaba parte de su serie The Monsters, inspirada en mitologías nórdicas y estéticas híbridas. La plataforma Pop Mart tomó la licencia en 2019, adoptando el modelo de “blind boxes” (cajas sorpresa): el comprador no sabe qué versión del muñeco recibirá hasta abrir el empaque.

El modelo de escasez que alimenta la obsesión

Pop Mart ha logrado que muchas series de Labubu se agoten en minutos tras su lanzamiento digital: por ejemplo, una reciente serie de miniaturas superó las 300.000 unidades vendidas en cuestión de minutos. Gracias al uso estratégico de ediciones limitadas, diseños “secretos” y campañas de marketing digital, la marca ha explotado al máximo el nervio de la escasez como recurso emocional.

Este modelo no solo crea urgencia entre compradores, sino que genera contenido viral: los usuarios comparten el momento de abrir la caja (“unboxing”) en redes sociales, amplificando el efecto de expectativa y deseo.

El impacto económico no ha sido menor. Pop Mart reportó un crecimiento de 396,5 % interanual en utilidades durante el primer semestre de 2025, con ingresos que se triplicaron. La línea de muñecos The Monsters, donde Labubu es protagonista, representó cerca del 34,7 % de los ingresos de la empresa.

Más que un juguete: símbolo y status social

Labubu ha trascendido su condición de objeto coleccionable para convertirse en accesorio de moda, símbolo de identidad generacional y emblema cultural. Celebridades como Lisa (de Blackpink), Rihanna o Dua Lipa lo han llevado públicamente, lo que ha elevado su visibilidad global. Algunas versiones raras han alcanzado precios elevados en mercados secundarios.

No obstante, esta fiebre también ha provocado alertas: estudios señalan que el formato de “caja sorpresa” induce una mecánica similar al juego de azar, la llamada gamblification, generando un impulso psicológico a repetir compras con la esperanza de conseguir versiones raras.

¿Labubu en Colombia? Primeros indicios y barreras

Hasta ahora, el fenómeno en Colombia no alcanza la escala de Asia u otros mercados de Occidente, pero hay señales tempranas de interés:

  • Comunidades de coleccionistas en redes (Instagram, TikTok) ya han comenzado a compartir adquisiciones internacionales y reventas locales.

  • Algunas tiendas especializadas en cultura pop y cómics importan unidades desde Asia, ofreciendo versiones exclusivas o colaboraciones.

  • Se observa demanda por parte de marcas emergentes que valoran el “factor coleccionable” como elemento de branding (ediciones limitadas, colaboraciones artísticas).

No obstante, barreras como aranceles de importación, costos logísticos, riesgos de falsificación y demanda fragmentada limitan una penetración masiva.

Riesgos y desafíos hacia adelante

  1. Réplicas falsificadas y amenazas a la seguridad: ya se han reportado versiones falsas que incumplen normas de seguridad, con materiales tóxicos o piezas pequeñas que suponen riesgos.

  2. Sostenibilidad del fenómeno: el modelo basado en lanzamientos fugaces y escasos puede saturar al consumidor o generar fatiga si la novedad no se renueva con creatividad.

  3. Autenticidad y valor emocional: perder el factor sorpresa o saturar el mercado podría erosionar la conexión emocional.

  4. Regulación y control cultural: en algunos países se han planteado debates sobre los efectos psicológicos del modelo “caja sorpresa” en menores.

Labubu representa más que un juguete viral: es un experimento cultural, comercial y simbólico que ha logrado combinar arte, escasez, redes sociales y comunidad para construir valor global. Mientras que en mercados establecidos (Asia, EE. UU., Europa) ya ejerce un impacto consolidado, en países como Colombia apenas asoman los primeros avances.

Para marcas, diseñadores y agentes culturales locales, Labubu ofrece una lección: la importancia del factor sorpresa, la narrativa emocional y el control de escasez bien diseñada. Quienes logren adaptarlo con sentido artístico y autenticidad podrán capitalizar esa energía colectiva.