Comoditización

¿Qué implicaciones tiene para el arte, la publicidad, las comunicaciones, el mercadeo y la vida en general, ser tan fácilmente reemplazables?
Mario Suárez

Mario Suárez

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Hace unos días vi un TikTok de una cuenta “conspiranoica” alertando sobre las implicaciones del “minimalismo” en la vida de la sociedad. Decía entre otras cosas que la razón por la que el diseño cada vez tiende más al minimalismo tiene un sentido práctico en términos de “normalizar” a toda la población y evitar las diferencias, por lo tanto, facilitar el “adoctrinamiento” de cualquier idea. 

Más allá de darle crédito a la “paranoia conspiranoica”, hay algo que sí es cierto, y es que cada vez vemos más situaciones comunes en las que las diferencias van desapareciendo, aquí algunas:

  • En muchos aspectos de la vida, productos, marcas, empresas y servicios cada vez vemos menos detalle. Pensemos por ejemplo en la imagen de marcas y logotipos. 
  • El logo de Starbucks, cada vez tiene menos elementos, tanto así que seguro muchos hasta ahora se enterarán de que es una sirena de dos colas. 
  • La ventana de Microsoft ya no tiene la curva ni las sombras ni los grises que daban sensación de movimiento, siendo ahora solo cuatro cuadrados de colores (a mi gusto, mucho mejor). 
  • Warner Bros, eliminó el dorado y la franja del frente de su logo, dejando solo las letras WB en forma de escudo en blanco y azul. 
  • Pringles, ya no es más la “cara de un personaje”, siendo ahora solo unos ojos, cejas y bigote sin contorno.

Por otro lado, si vemos la arquitectura cada vez son más los “cubos planos” que vemos de edificios. Antes, cada esquina, cada punta, tenía algún diferencial, algún distintivo, algún detalle que hacía que cada edificación no se pareciera a ninguna otra. 

¿Qué pensaría un arquitecto barroco si viajara en el tiempo y viniera hoy a Bogotá a ver todos los nuevos edificios? 

Antes los muebles y decoraciones de casa, entre más elementos tuvieran, mejor. ¿Será por esto que Ikea gana cada vez más relevancia en la decoración? ¿Será por esto que casi todos los nuevos restaurantes tienen muebles muy parecidos?

Si vas a un festival de música o sencillamente de fiesta, hay una altísima probabilidad de ver a muchas personas vestidas exactamente igual. O que tu outfit se vea repetido.

En cuestiones publicitarias estamos igual: ver un espacio publicitario en horario prime, es ver el mismo comercial varias veces, solo que con diferentes personajes promocionando diferentes marcas. 

Incluso, la misma industria publicitaria a nivel global cada vez desiste de más marcas que construyeran un interesante abanico de opciones en el pasado para construir diferenciales en las marcas. Las fusiones corporativas y la eliminación de nombres en los letreros de las agencias, hace que la industria publicitaria también caiga en la comoditización a pesar de que su labor aparente era combatirla. 

Ahora del otro lado y en defensa del minimalismo, aparece una serie de Netflix que nos muestra la importancia de eliminar los detalles innecesarios para poder llegar al core del asunto. Russian Doll, como se llama esta serie, encontró la mejor forma de hacer una analogía de esto con las “Matrioshkas” que cada vez que se hacen más pequeñas, no pueden contemplar tantos detalles ni elementos “innecesarios”. 

Así, surgen muchas dudas:

¿Será que menos es más? ¿No será que más es más? o mejor aún, ¿“suficiente” es más?

¿Qué implicaciones tiene para el arte, la publicidad, las comunicaciones, el mercadeo y la vida en general, ser tan fácilmente reemplazables?

¿Será que el nuevo truco y paradigma de vida y de los negocios debe ser el generar “valor affordable”? 

¿Sigue existiendo eso que llamamos “humanidad” al no tener tantos detalles en nuestras vidas que nos hagan diferentes? 

¿Será esto lo que llamamos evolución?