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Oro en US$5.000: ¿Colombia pierde el tren minero?
Goldman Sachs proyecta oro a US$4.900 para 2026. Colombia, sin formalizar su minería, podría ceder esa bonanza a actores ilegales.
Miércoles, Octubre 8, 2025
Mientras el valor de la onza de oro se dispara (alcanzó los US$4.019 recientemente), Goldman Sachs elevó su pronóstico para diciembre de 2026 a US$4.900 la onza.
Ese escenario plantea una pregunta crítica: ¿cómo puede Colombia beneficiarse de ese auge si no logra formalizar su minería y combatir la ilegalidad?
El boom del oro y la oportunidad perdida
El precio del oro subió más del 50 % en 2025 y se sitúa ahora en máximos históricos, impulsado por compras de bancos centrales, flujos de ETFs y la debilidad del dólar.
Goldman Sachs evalúa riesgos: políticos globales, inflación, recortes en tasas, que pueden empujar el precio aún más hacia los US$5.000.
Para países con reservas minerales, esa alza puede traducirse en divisas, empleo formal y desarrollo estructural. Pero Colombia enfrenta obstáculos estructurales para capitalizar ese momento.
Economía ilegal: los que sí aprovechan el boom
Según la Universidad Nacional, uno de los principales desafíos es la extracción ilegal de oro, que ha prosperado ante la débil regulación estatal.
El país invierte esfuerzos en formalizar la minería artesanal y de pequeña escala, pero los procesos son lentos y frágiles.
En zonas rurales y periferias, grupos armados están vinculados a cadenas de extracción ilícita: control territorial, financiamiento de violencia y consolidación de redes criminales alrededor del oro. La ausencia estatal allí ha permitido que esos actores “aprovechen el boom del oro” mientras el Estado lucha por imponerse.
¿Qué impide la formalización real?
Entre los principales retos:
Procesos burocráticos y costos elevadísimos para que un minero artesanal se formalice.
Débil vigilancia ambiental y fiscalización que facilita operaciones ilegales.
Ausencia de tecnología y trazabilidad en la cadena del oro para garantizar origen legal.
Conflictos territoriales y presencia de actores armados que cooptan concesiones minerales.
Desconfianza comunitaria y resistencia local, producto de experiencias pasadas de depredación minera.
Aunque el Ministerio de Minas y Energía ha impulsado estrategias para formalizar la minería sin mercurio y promover minería responsable, la brecha entre la política y la ejecución sigue siendo amplia.
¿Qué podría cambiar el panorama?
Para que Colombia no quede excluida del futuro del oro, necesita:
Acelerar la formalización minera con mecanismos más sencillos, apoyos técnicos y control institucional fuerte.
Implementar trazabilidad digital y cadenas de custodia que certifiquen que el mineral salió de operaciones legales.
Incentivar inversión privada responsable en minería, con altos estándares ambientales y sociales.
Fortalecer presencia estatal en territorios remotos, combatiendo la influencia de actores armados y garantizando seguridad jurídica.
Integrar comunidades locales como socios, no víctimas, para que se beneficien directa y legalmente del boom.
Si Goldman Sachs acierta con su pronóstico hacia US$4.900 la onza, Colombia no puede permitirse quedar al margen de ese viento favor. Formalizar su minería no es solo un trámite, sino una estrategia de país.